Carlos lamelas-El Confidencial

El nuevo intento de ruptura no sería en el momento actual. Se aplaza a cuando la pandemia remita. Ahora el objetivo es ir generando el caldo de cultivo para romper con Madrid

El independentismo cambia de planes por la pandemia. Carles Puigdemont y su sucesor en la presidencia de la Generalitat, Quim Torra, quieren aplazar cualquier intento de ruptura con el resto de España hasta después de que pase la fase más grave de contagio. Así, el ‘momentum’ de Torra se aplaza en función de cómo evolucione la crisis sanitaria. Pero pretenden aprovechar toda la crisis para ir creando el clima social en Cataluña que sirva para responsabilizar al Ejecutivo español de los muertos que haya en Cataluña y que la propia Administración catalana cifra en 7.600 fallecidos en el escenario más “optimista”, según apuntan fuentes del soberanismo cercanas al Palau.

Así, en 48 horas se ha producido un cambio de discurso en la política catalana: la Generalitat ha pasado de ocultar las cifras a apuntarse al escenario más catastrofista, la ‘consellera’ de Presidència, Meritxell Budó, y el de Interior, Miquel Buch, han endurecido el tono a cuenta del confinamiento de Igualada y han aparecido tanto Carles Puigdemont como la ANC con el mismo mensaje: la culpa es de España, del Gobierno español, que se niega a un confinamiento “duro” con paralización total de la economía para evitar contagios.

El cambio de agenda política es total. Ahora, las elecciones catalanas han perdido sentido. Tampoco el pulso con ERC. Ni tienen fecha ni es posible saber si se convocarán en otoño, como estaba previsto. En cambio, lo importante es que en algún momento se levantará el confinamiento. Y entonces será importante pasar cuentas con España y su negativa al confinamiento duro.

El que no haya pruebas científicas de que este tipo de confinamiento funcione en este caso les es igual. Así, Puigdemont, en su comparecencia desde Waterloo, aludió a la actuación del Gobierno de Pedro Sánchez con el siguiente argumento: “No podemos perder ni un día. Cada día, cada hora perdida, no se mide en tiempo, se mide en vidas humanas. Y todas las vidas merecen ser salvadas. Ninguna autoridad competente puede despreciar la vida de la gente ignorando o desautorizando las medidas que salvan vidas como, por ejemplo, las que propone la Generalitat. Y que tienen, por cierto, el consenso del mundo local que está sufriendo en directo las consecuencias”.

La ANC en su comunicado fue más lejos: “Si hace falta, el Govern ha de desobedecer para proteger la salud de la ciudadanía” y ha acusado de “continua irresponsabilidad” al Gobierno español en el tratamiento de la crisis sanitaria.

Datos y hechos

Ni los datos ni los hechos avalan una tesis de ese estilo. El coronavirus se ceba en las zonas más pobladas. Primero fue Madrid: donde ya se contabilizan 2.090 muertos. En Cataluña, los fallecidos suman ya 880, un 31% más que en el día anterior pero la previsión es que a medida que pasen los días la situación se parezca a la de Madrid, pero por la pura evolución de la enfermedad. Esto lo convierte la Generalitat en responsabilidad política del Ejecutivo español.

El 70% de las empresas de Igualada y su conurbación sigue trabajando, y eso es lo que quiere parar la Generalitat con sus nuevas medidas

Miquel Buch ha acusado al Gobierno español de “ir a ciegas” por no apoyar un endurecimiento del confinamiento de Igualada. De hecho, la ciudad se ha colocado en un limbo legal, confinada por la Generalitat desde el 12 de marzo. Pero el confinamiento no ha funcionado en Igualada, llevan 50 muertos según los últimos datos de la conselleria de Salut, ni en sus alrededores ni en toda Cataluña. El confinamiento parecía una buena idea, pero el resultado es que los igualadinos lo cumplen pero el virus no. La Generalitat mantiene el cerco pero sin el apoyo del Gobierno español, con lo que en la práctica Igualada y sus 70.000 habitantes siguen confinados pero en las mismas condiciones que antes, según aprobó el Ejecutivo y lo publicó en el BOE.

El virus y el relato

Si hace unas semanas el miedo era que el virus eclipsara el relato independentista, ahora los especialistas en comunicación del ‘procés’ quieren aprovechar el virus para convertirlo en el argumento definitivo en favor de la independencia. Ya no se trata del ‘España nos roba’. Como en su día intentaron con los atentados de la Rambla, se trata de convertir un debate técnico sobre el que puede haber razones científicas a favor y en contra en una muestra de cómo España desprecia a los muertos catalanes. Ahora, ‘España nos mata’.

No se hará en el momento actual. Solo cuando la pandemia remita. Mientras tanto, se volverán a repetir las peticiones al Gobierno español, mientras que al mismo tiempo se producen incoherencias, como que no se votase ayer a favor de la prolongación del estado de alarma en el Congreso de los Diputados. De hecho, JxCAT ni compareció. Desde que empezó la crisis sanitaria, Laura Borràs no ha pasado por la Cámara Baja y nadie la ha sustituido.