ABC – 28/01/15
· El expresidente revela al juez el nombre de los dos primeros gestores de la herencia oculta, que ya han fallecido.
Con silencios elocuentes –como el de Marta Ferrusola– y tres muertos sobre la mesa: el padre de Pujol, que legó el dinero oculto en Andorra, y sus dos primeros administradores. Sin facilitar extractos de cuentas y apelando a unas supuestas cartas manuscritas como baza exculpatoria que, sin embargo, no se aportan ante la juez. La familia Pujol, con el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, al frente, desplegaron ayer en el juzgado una suerte de tetris dialéctico –cada acusación que cae se intenta neutralizar con alegatos de aliño– para responder a las imputaciones de fraude fiscal y blanqueo de capitales.
El expresidente de la Generalitat y tres de sus hijos –Marta, Mireia y Pere–, aseguraron ante la juez que el dinero que mantuvieron oculto durante 34 años en Andorra era fruto de un legado que el padre del expresidente, Florenci, les dejó para recibir a su muerte, en 1980, y que este logró atesorar en los 50 y 60 mediante actividades «lícitas» con la compra-venta de dólares.
Como ya afirmó el pasado septiembre en su comparecencia en el Parlamento catalán, Pujol dijo que su padre legó la herencia a su nuera y nietos por «miedo» a que la incierta situación política les condenara a quedar desamparados. El argumento de la familia para no declarar el patrimonio evadido fue el «miedo» a que afectara a la carrera política del expresidente. Y, según admitieron ayer, el motivo por el que lo regularizaron el pasado mes de julio fue que trascendió a la prensa que Marta Ferrusola y sus hijos tenían cuentas en Andorra.
Todos con la misma tesis
Según señalaron fuentes judiciales, esta fue en resumen la tesis que sostuvieron el expresidente y sus tres hijos durante sus declaraciones de ayer ante la titular del juzgado de instrucción número 31 de Barcelona, que investiga su patrimonio a raíz de la querella que el sindicato Manos Limpias interpuso tras la confesión de evasión fiscal de Pujol del pasado 25 de julio, que el expresidente hizo «por un propósito ético».
La esposa de Pujol, Marta Ferrusola, que también estaba citada a declarar como imputada, fue la única que se acogió a su derecho a no testificar.
Para reforzar su tesis, Pujol –que no contestó a las pregunta de la acusación popular Manos Limpias– afirmó que existen unas cartas manuscritas que su padre, Florenci, envió a Marta Ferrusola. En ellas, según Pujol, detalla y justifica el legado oculto en Andorra. Sin embargo, la defensa del expresidente catalán no aportó ayer el citado documento, que está en posesión de Marta Ferrusola. Pujol confesó que sabía del dinero oculto de su padre desde los años 60, pero que se desentendió de él. No sabía ni en qué país extranjero estaban, declaró.
Los Pujol tampoco presentaron extractos bancarios que certifiquen a cuánto ascendía este legado ingresado en Andorra, que según precisaron sumaban 140 millones de las antiguas pesetas en 1980, cuando murió Florenci. El dinero, explicaron, se multiplicó por tres «fruto de inversiones en fondos» que no detallaron. Llegó a sumar 500 millones de pesetas, cerca de los 4,1 millones de euros que declararon los imputados en la regularización con Hacienda del pasado julio.
ABC – 28/01/15