Editorial, EL CORREO, 9/1/12
Los socialistas deberían afrontar su 38º congreso como algo más que un trámite para el reacomodo interno
El comité federal del PSOE aprobó ayer la ‘ponencia marco’ que debatirán sus bases, junto a las enmiendas que se presenten a la misma, de cara al congreso de los días 3, 4 y 5 de febrero. Tanto el contenido del documento base como los textos y declaraciones difundidos por los dos candidatos a la secretaría general, Rubalcaba y Chacón, permiten anunciar que el partido socialista está optando por situarse a la izquierda del lugar en el que acabó al final del mandato de Rodríguez Zapatero. La incógnita que deberán despejar los delegados socialistas, y la que verdaderamente importa al país, es a qué distancia acabará colocándose respecto al amplio cauce central al que la crisis emplaza al conjunto del arco parlamentario. A qué distancia se situará el primer partido de la oposición respecto al Gobierno de Rajoy. Los avales expresos que recibieron Rubalcaba y Chacón de miembros del comité federal para formalizar sus candidaturas a la secretaría general representaron una inicial toma de postura por parte de los dirigentes socialistas, aunque todavía priman las cautelas. Solo quedan veinticinco días para la apertura de su 38º congreso, y el pulso contenido que mantienen Chacón y Rubalcaba tiende a hurtar un debate político que ayude a clarificar el futuro del PSOE, sustituido por un lenguaje de gestos y frases que, si acaso, adquieren valor únicamente entre iniciados. Se trata, sin duda, de una estrategia coincidente para evitar el rechazo de una parte de la militancia antes de asegurarse apoyos netos. Pero el resultado puede ser tan unitario como desconcertante, cuando menos si los candidatos a la secretaría general no presentan enmiendas distintivas y esclarecedoras a una ‘ponencia marco’ que, por prolija y crítica, les deja ciertamente poco margen de actuación. Claro que nada sería más desconcertante para los socialistas que una discusión forzada por diferencias de oportunidad. La tenue renovación que pudiera representar Carme Chacón no parece suficiente como para condenar a Alfredo Pérez Rubalcaba a un papel meramente continuista. La amplia trayectoria que encarna el exvicepresidente tampoco anula las opciones de quien se encargara de la cartera de Defensa. Pero tanto ellos como el resto del partido se equivocarían si, con el congreso de Sevilla, solo pretenden reacomodarse internamente.
Editorial, EL CORREO, 9/1/12