Santiago González, EL MUNDO, 23/3/12
Cada artista tiene su particular know how, su impronta, que es la marca del cantero en las piedras de sillería o el contraste del joyero en los metales preciosos. También pasa en el mundo del delito. En las chapuzas socialistas es pertinente buscar un contable agraviado, una ex esposa que no percibe el dinero de la pensión, gente, en general, que no sabe anteponer la grandeza de la obra en común a sus pequeñas miserias particulares, al ansia de desquite por un agravio laboral o sentimental.
Hace un año, el hijo del entonces vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, Iván Chaves Iborra en el mundo del arte, acudió al juzgado para denunciar que su archivo profesional que guardaba en su despacho había sido asaltado y que habían desaparecido varios contratos y dos agendas. Como la casualidad no se da, según explicaba una de las vías de Santo Tomás de Aquino para explicar la existencia de Dios, el hijo de Chaves planteó la denuncia después de que el periodista Melchor Miralles le llamara para hablar sobre algunos asuntos que, puta casualidad, tenían que ver con la documentación presuntamente sustraída en su despacho. A Chaves junior no se le ocurrió pensar que su esposa, de la que estaba en trámites de separación, tuviera nada que ver en la desaparición de sus papeles, y como los policías tampoco tenían el menor asomo de indicio de que el periodista hubiera asaltado el despacho para ver si encontraba materia prima para alguna exclusiva, el fiscal solicitó el archivo de las actuaciones.
El ex jefe de la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (Udyco) Francisco R.B. no concebía esa razón y lo puso por escrito en un papel del que ayer se daba cuenta en estas páginas. La superioridad le dio instrucciones de liquidar el asunto con «una faena de aliño», le dijeron en términos taurinos, Sevilla tuvo que ser. Y no es que fuera una faena de aliño, es que la cosa fue como en esas tardes en que al maestro de Camas le entraba el toro por el ojo equivocado y le entraba a matar sin adornos, casi antes de las banderillas. Llama la atención que en una denuncia por robo de papeles en el despacho ni siquiera se considerase necesaria una inspección ocular en el mismo, el lugar del que habían desaparecido los contratos.
Cuatro cruces al mérito policial, una de ellas con distintivo rojo en 14 años de servicio, dieron paso en el expediente de F.R.B. a un rosario de infracciones disciplinarias, que culminó en noviembre con el apartamiento del servicio. El padre de las criaturas ha declarado hace un par de días que «la calidad de la democracia peligra si gana el PP las elecciones el día 25». Ésta es una afirmación que no tendrá inconveniente en suscribir su hijo Iván. ¿Cómo va a haber una democracia con más calidad que la que presidía papá al frente de la Junta? Ya verán cómo Arenas, en el caso de que gane, les baja los estándares y la democracia deja de ser tan cómoda y placentera.
Santiago González, EL MUNDO, 23/3/12