Qué es corrupción me preguntas

EL MUNDO – 03/06/16 – SANTIAGO GONZÁLEZ

Santiago González
Santiago González

· Felipe González se viste de Scevola y se ofrece a poner la mano en el brasero por Chaves y Griñán. Es de suponer que también por Zarrías, el virtuoso del voto a dos manos. Susana Díaz manifestó que creía en la honestidad de sus dos antecesores en la Presidencia de la Junta. El portavoz Antonio Hernando, más de lo mismo. Ximo Puig está seguro de que no robaron para beneficio propio. Iñaki Gabilondo se puso enfático para expresar su convicción de que «no se llevaron un duro». «Pero Bruto es un hombre honrado», puso Shakespeare en boca de Marco Antonio.

Qué es corrupción, me preguntas, clavando en mi pupila tu pupila azul. Un número considerable de almas progresistas creen que la corrupción, como la propiedad de Proudhon, es el robo. Nuestra izquierda considera que lo perverso está en el ánimo de lucro, lo que la lleva a menudo a confundir el legítimo afán del empresario con la ambición turbia del chorizo. Craso error. La corrupción es un concepto integrado por varias figuras delictivas que comparten una característica: la de desviar dinero público para fines impropios con desprecio de la ley.

Puede ser para el partido del corrupto o un sindicato amigo, para su propio bolsillo o para otros fines. A estos efectos, tanto da que el benemérito sindicalista Juan Lanzas quisiera los billetes que guardaba en el colchón «para asar una vaca», que para gastar «con putitas de confianza», como Granados y la tropa de Marjaliza. No discutiría yo todos los aspectos de estas aficiones. Asar una vaca con billetes demuestra tenacidad de carácter, habida cuenta de la escasa energía calorífica de los billetes, aunque sean de 500; lo de las putitas, siempre será mejor que sean de confianza a unas perfectas desconocidas.

Un primer problema de examinar el asunto según el cui prodest, quién es el beneficiario: la corrupción del particular sólo le mancha a él, mientras la que tiene carácter altruista, por patriotismo de partido o en nombre de la colectividad, corrompe el sistema entero. Dos ejemplos en los que el PSOE incurrió. El primer caso de financiación ilegal, Filesa, dejó condenas de cárcel. Una de ellas para el dirigente del PSC Josep Maria Sala, «un hombre que tropezó con la justicia por servir al partido». A su salida, el 10º congreso del PSC lo eligió en 2004 para la Ejecutiva con el mayor aplauso unánime de los delegados. Cuatro años después, en el 11º Congreso, volvió a pasar lo mismo.

Un segundo problema es que la transgresión, aun por impulso noble, lleva a otras. Yo no dudaría de que a Rafael Vera Huidobro le animaba el noble afán de acabar con el terrorismo. Violar la ley para alcanzar tan benemérito objetivo era un detalle que abría la puerta a otras transgresiones, como buscar la continuidad de su partido en el poder, o con fines más personales, como saquear la caja de los fondos reservados. Seguramente Felipe piensa lo mismo de Barrionuevo, por eso fue a despedirlo con un abrazo a la puerta de la cárcel de Guadalajara. Claro que ya puestos, le dio otro a Rafael Vera.

EL MUNDO – 03/06/16 – SANTIAGO GONZÁLEZ