¿Qué pasará luego?

IGNACIO MARCO-GARDOQUI – ABC – 22/07/17

· Ningún político cree en las bondades a largo plazo de la estabilidad y todos aprecian las ventajas en los cortos plazos del buenismo irresponsable.

Es una situación tremenda. Por un lado, en este país se ha generalizado la sensación de que la Administración ha realizado enormes recortes en sus gastos, hasta cercenar con severidad el Estado del Bienestar. Si le ha escuchado a Pedro Sánchez durante más de diez minutos seguidos o a Pablo Iglesias durante más de diez segundos, habrá comprobado la machacona insistencia con que repiten este erróneo mensaje. Mientras tanto, el Gobierno del PP no ha sabido/podido acertar con la difusión del relato real.

Por otro, la ortodoxia fiscal se queda sin adeptos. Ningún político cree en las bondades a largo plazo de la estabilidad y todos aprecian las ventajas en los cortos plazos del buenismo irresponsable. Si pretenden ganar elecciones prometen gastos y derechos. Pero, si desearan un futuro mejor para el país deberían ordenar la casa común y gastar lo que nos permiten los ingresos. ¿No es eso lo que hace usted en la suya?

Si cree que exagero, lea el Observatorio fiscal del tercer trimestre publicado ayer por el BBVA y, si no tiene tiempo o ganas, se lo resumo aquí. Empieza con un título con dos lecturas: «La recuperación facilita la reducción del déficit». Es decir, está bien lo de la reducción, pero no es el impulso político quien lo consigue, es el esfuerzo de todos quien lo hace. Además, es asimétrica. El mayor esfuerzo recae sobre las corporaciones locales y el menor sobre las autonomías, envalentonadas a causa de la inestabilidad del Gobierno central.

Es asimétrica y, también, minúscula. Si se mantiene la recuperación económica, el porcentaje de deuda sobre PIB se situará en el 95,4% a finales del 2018. Le recuerdo que el límite establecido por el Pacto de Estabilidad se sitúa en el 60%, un nivel al que miramos con telescopio.

Todo esto sucede después de varios años de bonanza económica y con los tipos de interés por los suelos. ¿Se imagina lo que sucederá cuando cambie el ciclo y no podamos aumentar más el déficit, ni relajar más la política monetaria? Ni lo piense. ¡Hágame caso y disfrute de las vacaciones! ¿Ve como mejoro?, ya pienso como un político.