Se ve que el bajito se apañaba con una

Ayer se me había quedado en el tintero una cita que venía bien para el lío que mantuvieron Pedro Sánchez y Pere Aragonès durante sus dos horas de entrevista. El diálogo entre esta yunta ya lo había anticipado Pedro Muñoz Seca en los versos que le canta Don Mendo a la mendaz Magdalena: “Escuchéla y contempléla;/ vila, señora y oíla;/ pero cuanto más miréla/ y cuanto más escuchéla/ menos, señora, entendíla”.

Vozpópuli reproducía  este titular: Sánchez promete inversiones a Cataluña para desbancar a Madrid como “motor económico”. George Kaplan comentaba: “Sánchez haciéndole la campaña a Ayuso. Un genio este tío”.

Sigue dando frutos la entrevista que el chulángano mantuvo en La Uno con Carlos Franganillo. A la hora de hablar de su disposición ecuménica para repartir las vacunas, alarmó a la peña al decir que no preguntaba a nadie a quién votaba antes de administrarle la vacuna. Mejillón Libertario comentaba que el CIS hace encuestas de intención de voto y tampoco pregunta a quién votas, no vayamos a creer que es solo en la vacunación. Tampoco hace distingos por la procedencia geográfica de los vacunables, hayan nacido en Cataluña, Andalucía, en Castilla-León o en Canarias”. Que no panda el cúnico; cuando le toque hablar de Castilla-La Mancha dirá Castilla y La Mancha. La verdad es que se me escapó y debo su repesca a Miguel Angel Quintana Paz. Hay que sumar esta pifia a la ristra de disparates que este  hombre ha dejado a su paso, con un pavoroso desconocimiento geográfico  del país que pretende gobernar.

En 2015 calificó a Soria de “ciudad natal de Antonio Machado”. “Ahora voy a Huesca; luego estaré en Aragón” le dijo a Angels Barceló en octubre del 19; unos días más tarde, el  30 de octubre, declaró en Antena-3: “Ayer, por ejemplo, yo estuve en Zamora. Allí hay un problema de despoblación bien importante”. La realidad es que Pedro Sánchez donde estuvo de verdad la víspera fue en Palencia. En abril de 2020 calificó de provincias limítrofes a Cádiz y Almería.

Todo se pega menos la hermosura. El lehendakari Urkullu ha sentido pujos soberanistas al ver lo de Cataluña y ha proclamado que “la Constitución y el Estatuto permiten la reintegración foral, es decir, derogar definitivamente las leyes de abolición de los fueros y retornar a la soberanía anterior a 1839″.

Bendita ignorancia. Juan Pablo Fusi publicó ‘El País Vasco: Pluralismo y nacionalidad’ en 1990. Me voy a permitir leer un párrafo que podría despejarle a Urkullu sus espesas nieblas intelectuales. Dice así: “El País Vasco se rige desde 1979 por instituciones que nunca tuvo, ni siquiera en los siete meses de octubre de 1936 a junio de 1937: un Gobierno unitario para Álava, Guipúzcoa y Vizcaya (el Gobierno de 1936 sólo gobernó en Vizcaya); un Parlamento democrático (inexistente en 1936); Juntas Generales, restauradas como tri­buto a la tradición foral (inexistentes también en 1936). Además, en 1980 se celebraron las primeras elecciones democráticas de ámbito regional en la historia vasca; se han restaurado los Conciertos Económicos -con cupos de 100.000 millones de pesetas frente a los 40 millones de los años treinta- y está en marcha un proceso de transferencias que va a poner en manos de la comunidad vasca la gestión y administración de prácticamente todos los recur­sos y servicios que le interesan y afectan (economía, seguridad social, sanidad, trans­porte, comunicaciones, policía, universidad, educación, cultura). En suma, en 1979 se aprobó un Estatuto infinitamente superior, por todos los concep­tos, al de 1936. Comparado con el actual estado autonómico vasco, el régimen foral anterior a 1839 se reducía a esporádicas asambleas de aldeanos.”