Tonia Etxarri, EL CORREO, 29/8/12
Ahora que el Parlamento vasco ya está disuelto y la maquinaria electoral ha orientado su GPS hacia Ajuria Enea, los partidos políticos deberán enseñar sus cartas sobre la mesa. La ciudadanía vasca se ha hecho mayor de edad. Y los candidatos van a tener que mojarse más que nunca porque los votantes queremos saber. Las ultimas experiencias electorales nos recuerdan que no basta con que un partido gane las elecciones para gobernar porque, si no lo hace con mayoría absoluta, su suerte dependerá de su capacidad para sellar alianzas. Esa es la clave.
Por lo tanto, ya no valen las declaraciones ambiguas de aquellos que dicen que quieren presidir gobiernos «para todos» o frases que escurren el compromiso previo para evitar pronunciarse sobre un posible pacto con unos o con otros «en función de los resultados». Ya no. Con el retorno de los herederos de Batasuna al Parlamento vasco en donde ETA va a proyectar la sombra de su amenaza mientras no se disuelva, los partidos van a tener que dar más pistas a sus electores. No vaya a ser que, después del 21-O, unos tengan que lamentarse ante una considerable abstención que no se atrevan a interpretar y otros se lleven las manos a la cabeza ante un desvío de votos hacia la opción mas útil para evitar males mayores.
La situación es tan crítica que los ciudadanos vascos conocen perfectamente los motivos de preocupación del Gobierno del PP. Y no porque éstos los manifiesten van a experimentar más paralización de la que sienten quienes temen que una mayoría nacionalista acabe por desenganchar al País Vasco de la marca España. Todo eso lo saben. Lo que necesitan es conocer las intenciones de los partidos que se presentan el próximo 21 de octubre.
La única forma de movilizar el voto es decir las cosas claras y tratar con madurez a los votantes. Los votantes socialistas que podrían quedarse en casa, ¿reaccionarían de la misma forma si supieran de antemano que su partido piensa pactar con el PNV o con el PP? Los votantes populares, si ven alguna posibilidad de que se fragüe un plan de alianzas para frenar el acceso de la izquierda abertzale al poder, ¿caería alguno en la tentación de votar al PNV, como «mal menor» o seguirían apostando por Basagoiti para impedir que Batasuna logre ensanchar su poder en las instituciones vascas hasta el extremo de condicionar el próximo gobierno de Ajuria Enea? Y UPyD, ¿a quién apoyaría en el caso de que su partido pueda contribuir a sumar fuerzas en el arco democrático?
Pero quien tiene más preguntas sin respuesta es el partido que cuenta con más posibilidades de ganar: el PNV. Urkullu, que ya se ve en el centro del equilibrio institucional, tendrá que explicar qué significa para él un gobierno fuerte. ¿Un Ejecutivo apoyado por 25 parlamentarios, quizá; es decir, con la cuarta parte del Parlamento vasco? En esa situación ya se encontraba ahora Patxi López. ¿Un Gobierno de coalición con la izquierda abertzale o, si le da miedo meter a otros partidos «en casa», quizás un Gobierno con pactos para la ocasión? ¿Con alianzas en políticas identitarias con EHBildu, fiscales con el PP y sociales con el PSE? Queremos saber. Antes de votar.
Tonia Etxarri, EL CORREO, 29/8/12