Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 12/6/11
Bildu se convirtió ayer en la fuerza con mayor representación institucional en los Ayuntamientos de Euskadi y Navarra, con 123 alcaldes. La miserable disputa que el PNV mantenía con el PSE, acusándole de no querer permitir la concurrencia de Bildu a las elecciones del pasado 22 de mayo por motivos partidistas, ignorando que su ausencia le había posibilitado gobernar en el pasado con una mayoría absoluta que nunca tuvo en las urnas, nos coloca ante el primer día del futuro: ya son la primera fuerza en los ayuntamientos y disputa de tú a tú al PNV el gobierno de la casa del padre, al mismo tiempo que pone plazo a la experiencia de gobierno de Patxi López.
Por si los resultados de las urnas no bastaran, los dos partidos citados, han decidido subrayar el resultado de las urnas, votando en algunos casos el PNV a Bildu para privar al PSE de una alcaldía, modelo Lasarte, y el PSE lo mismo en Lanestosa para quitarle la silla al alcalde nacionalista. LRA expone las tesis del amable cantamañanas Brian Currin para subrayar que con estos resultados ETA no tiene más remedio que seguir por la senda del cambio que ha abierto la izquierda abertzale. Lean este párrafo:
“De ahí (la detención de algunos miembros del núcleo duro de ETA que se oponían al proceso abierto por la IA y la tregua) que Currin, informado de los entresijos de la izquierda abertzale y ETA, diga que a partir de ahora la banda secundará a la izquierda abertzale. Y lo hará próximamente con un comunicado en el que expresará su respaldo al proceso político emprendido por esta.”
Es evidente que ETA respaldará lo que pasó ayer en San Sebastián y en toda Euskadi y Navarra y lo que pasará mañana en Guipúzcoa, pero es una tontería suponer que eso fortalece otra cosa que a la propia ETA. Justo este resultado es lo que sanciona el éxito de la lucha armada después de medio siglo: la obtención del poder político. Lo contrario es como decir que la estrategia de la guerrilla contra la dictadura de Batista fue derrotada el 1 de enero de 1959 en que Fidel Castro entró en La Habana. Justo hoy, entre la conquista del Ayuntamiento de San Sebastián y la Diputáción de Guipúzcoa, es el día en que más clara aparece ante los terroristas la idea de que su lucha merecía la pena, que cada uno de los 858 asesinatos de ETA están justificados por los objetivos. Demos una pista a los despistados analistas: no está comprobado que el mundo abertzale se divida entre unos psicópatas a quienes les gusta matar y unos pacifistas como los 123 alcaldes de Bildu y los 1138 concejales. El objetivo de los asesinatos de ETA no era quitar la vida a sus víctimas, sino la conquista del poder. Nunca estuvo tan claro su papel como ahora el de garante de esta victoria política.
Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 12/6/11