El PSOE no sólo le ha obligado a cambiar de sitio su tradicional mitin gallego de agosto, a pesar de que el PP gobierna Soutomaior con mayoría absoluta. También le impedirá ser investido presidente del Gobierno esta semana, a pesar de haber ganado las elecciones generales con una diferencia de 52 escaños sobre los socialistas. La posibilidad de Rajoy de formar Gobierno es, a dos días de la investidura, «más un deseo que un hecho», según confesó ayer el líder del PP al casi millar de militantes reunidos para abrir la campaña del 25-S en torno al candidato Alberto Núñez Feijóo.
Quizá por la constancia definitiva de que no hay nada que hacer con Pedro Sánchez para que se abstenga o porque en España la política está manga por hombro –Rajoy inauguraba ayer el nuevo curso sin que el anterior haya finalizado–, el ambiente que se respiraba en el encuentro de Mariano Rajoy con sus paisanos gallegos sólo podría calificarse de alegre siendo muy generoso. Excepción hecha de lo estupendamente que se lo pasan las señoras cuando se hacen un selfie con el presidente.
El líder del PP ha intentado hablar con Sánchez hasta tres veces la pasada semana sin conseguirlo. Por eso ha bajado los brazos y, a la espera de lograr el acuerdo con Ciudadanos y Coalición Canaria que le garantiza 170 escaños, únicamente le queda el recurso de acusar al PSOE de «irresponsable» por negarle la abstención para ser presidente. Eso fue lo que hizo ayer en Pontevedra, preludio seguramente de lo que repetirá el martes cuando suba a la tribuna del Congreso.
«El PSOE ha gobernado, lo hemos combatido políticamente, pero ha hecho aportaciones al país, no puede actuar con irresponsabilidad porque nos estamos jugando la recuperación, los intereses de España y la vida de millones de españoles», dijo en el único momento del mitin en el que elevó la voz. Aún se regodeó otra vez en la irresponsabilidad de Pedro Sánchez. «Sería una enorme irresponsabilidad que aquellos que tienen 52 escaños menos y han tenido el peor resultado de su historia vuelvan a bloquear la constitución de un Gobierno en España».
Para subrayar la falta a sus deberes del PSOE, Rajoy advirtió de que la crisis económica que tanto ha golpeado a los españoles puede volver si se repiten las elecciones, a pesar de que el crecimiento y la prima de riesgo van de miedo con un Gobierno en funciones. «Las cosas van bien, pero pueden dejar de ir bien. Ya son muchos los avisos de que no se puede prolongar esta situación en el tiempo». Porque si el PSOE le impide formar Gobierno, es posible «volver otra vez a la situación de crisis». Ese peligro, aseguró Rajoy, es una realidad si el PSOE «obliga a repetir las elecciones» como ya hizo tras el 20-D. Aunque en su opinión ir a unas terceras elecciones «es ridículo», expresó sus «dudas razonables» de que España no vuelva a las urnas otra vez en diciembre «después de las cosas que se ven».
El relato de los acontecimientos desde las primeras elecciones que trazó el líder del PP, detallando el número de escaños que cada partido tuvo en las dos convocatorias electorales, no deja lugar a dudas acerca de que Mariano Rajoy se siente muy reforzado políticamente por el resultado del 26-J y por el acuerdo de investidura que firmará con Ciudadanos y Coalición Canaria, aunque asuma que no será «suficiente». En contra de su costumbre, el líder del PP dedicó unas palabras amables al partido de Albert Rivera, agradeciéndole su «esfuerzo» negociador.
La intensidad con la que ayer Rajoy defendió la gestión y la capacidad política de Núñez Feijóo indica que el líder del PP quiere aprovechar la previsible victoria del candidato gallego para consolidar su posición política tras el 25-S, cuando aún quede un mes para poder formar Gobierno. Está de más decir que la grave crisis interna del PSOE gallego augura un desastre electoral de ese partido en las autonómicas. Lo que, en opinión del PP, debilitará asimismo la posición de Sánchez.
En este enésimo, impotente y casi agónico intento del PP de poner al líder del PSOE contra las cuerdas ante el debate de investidura, Alberto Núñez Feijóo fue más explícito y rumboso que el presidente en funciones, al pedir que acabe ya «este cachondeo». Una expresión que sin duda se escucha en la calle. Pero también apretó en lo personal a Pedro Sánchez. «Nuestro amigo del PSOE puede rectificar y me gustaría que rectificara por el bien de España, por el bien del PSOE y de su propia biografía política». El candidato gallego ofreció su propia y mitinera versión del ya célebre «no es no y qué parte del no no has entendido», la declaración socialista que los dirigentes populares han incorporado a su discurso casi a modo de rap. «Le pido una reflexión. Los gallegos decimos sí es sí y qué parte del sí no has entendido. Rajoy le dirá sí a España en el Congreso de los Diputados».