ABC – 09/12/15
· En el PP reconocen el buen papel que hizo Pablo Iglesias, para remarcar más aún la caída del socialista, cerca de perder la segunda posición.
· Comparando políticas «Toma política social; para que luego hablen. Yo no le voy a quitar el bonobús a nadie», dijo el presidente, criticando una medida del Ayuntamiento sevillano (PSOE).
Mariano Rajoy apuntó, cargó y disparó –dialécticamente hablando– contra la pieza más débil en este momento: el candidato del PSOE, Pedro Sánchez, en un momento bajo que se refleja en todas las encuestas y que se acentuó con su pobre papel en el debate a cuatro bandas celebrado el lunes. Y no fue el único: el resto de las fuerzas políticas que participaron en ese duelo dialéctico también dieron un giro en sus estrategias de campaña, con el objetivo de dar la puntilla al cabeza de cartel del PSOE, que algunos consideran superado.
Saben que el pobre papel que hizo Sánchez en el debate convierte su partido en un caladero de votos en el que el resto de los partidos pretenden pescar. El PP, para aprovechar la debilidad del contrario; Ciudadanos y Podemos, porque buscan el trasvase de votos desde el histórico Partido Socialista hacia sus nuevas formaciones. En el partido incluso reconocen el buen papel que hizo Pablo Iglesias, otra manera de minimizar a Sánchez.
El presidente popular cambió el tono de su mitin, y cargó contra Sánchez con más dureza de la que se le había escuchado en otras ocasiones. Recordó las malas políticas socialistas del anterior mandato, les acusó de prometer ahora «el oro y el moro» y «no ser creíbles», y hasta sentenciaba al líder socialista, recomendándole «que esté un tiempo tranquilo y se organice bien».
«Los que montaron el lío en España no pueden decir ahora que tienen recetas estupendas», aseguró el cabeza de lista de los populares, durante un acto celebrado en Sevilla, a orillas del río Guadalquivir.
También contra Ciudadanos cargó el presidente, acusándole de ser un partido unipersonal, sin equipos, y volviendo a su teoría de que lo que necesita el país en este momento es «certidumbre y seguridad» porque «estamos a la mitad del partido, pero nos queda la otra mitad». En este sentido, el candidato popular quiere que los electores le den cuatro años más de gobierno para acabar su proyecto. Entre otras cosas porque, como dijo, «el proceso de cambio que otros piden empezó en realidad hace cuatro años, y esos procesos de cambio no se cortan a la mitad; se mantienen hasta el final».
Sus críticas contra Sánchez fueron inmisericordes: básicamente le relegó al papel de perdedor, y aprovechó para cargar también contra las políticas socialistas que el pasado gobierno «destruyeron 3.400.000 empleos». Por eso, cree que ahora el PSOE «no es creíble». Máxime cuando sus decisiones le retratan, como en el caso del bonobús que se ha retirado a la tercera edad en Sevilla –gobernado ahora por el PSOE con apoyo de Podemos e IU–, según denunció el exalcalde y candidato al Congreso Juan Ignacio Zoido. «Toma política social; para que luego hablen», exclamó Rajoy, que aseguró: «Yo no le voy a quitar el bonobús a nadie».
Rumbo fijado
La situación es, a juicio del candidato popular, «mucho mejor» que hace cuatro años, pero aún queda trabajo pendiente. Por eso, cree que es el momento de «dar certidumbres; si actuamos con cabeza, esto va a ir muy bien». Pero para eso, «no hay que dar marcha atrás: España ha fijado un rumbo».
La última parte de su intervención fue para presumir de España: de sus empresas de ingeniería, que están «construyendo el AVE a La Meca» o el nuevo canal de Panamá; de su programa Erasmus, «al que quiere venir todo el mundo, y será por algo»; o de su sanidad, destacando el caso de la enfermera contagiada de ébola en España que «fue atendida por la sanidad pública mientras otra profesional en Estados Unidos tenía que entrar en un hospital con un cheque de 500.000 euros en la mano».
Aunque el presidente asegura que no sabe «lo que va a pasar el 20-D ni después del 20-D», sí tiene una certeza: que «no es momento para experimentos». Su entorno está bastante satisfecho con el desarrollo de la campaña, cree que Rajoy está «muy bien» e incluso «haciendo cosas que no están programadas», y se sienten especialmente contentos por el recibimiento que tienen sus actos en la calle, donde observan que «el ambiente ha cambiado desde hace un mes y medio o dos meses».
Aunque el resultado electoral sigue muy abierto y queda un 70 por ciento de la campaña por delante, sí confían en que el PP se mantenga como el primer partido en número de votos. Pero no se atreven a situar al PSOE en segundo lugar; incluso hay algún dirigente que lo coloca como tercera fuerza política.
En el PP se abre ahora el debate sobre cuál debe ser la estrategia a seguir de cara a la cita que este partido sí considera definitiva: el que enfrentará el próximo lunes al presidente Mariano Rajoy con el líder socialista Pedro Sánchez. Un cara a cara de corte clásico, que llevará adelante la Academia de Televisión y que responderá al esquema que ya se ha producido en anteriores elecciones, con protagonistas diferentes: Felipe González y Aznar, Rajoy y Rodríguez Zapatero, y Rajoy contra Alfredo Pérez Rubalcaba.
ABC – 09/12/15