EL MUNDO – 31/10/15
· Exhibe consonancia con Sánchez y Rivera tras la primera ronda de contactos en Moncloa para frenar a MasLos críticos de Convergència apuntan a nuevas elecciones ante las exigencias de la CUP.
La nueva estrategia de diálogo iniciada por el presidente del Gobierno con los líderes de los principales partidos políticos se ha revelado fructífera. Hay discrepancias, claro, pero al menos entre las tres fuerzas que, según todas las encuestas, suscitan el mayor apoyo ciudadano, hay consenso en lo esencial. PP, PSOE y C’s han dado a luz una suerte de pacto de Estado no escrito para defender, frente a los que apuestan por la ruptura y la secesión, la unidad de España, la soberanía nacional, el respeto a la Ley y la igualdad de los españoles. Podemos representó la nota discordante. Con la formación morada no hay ni asomo de acuerdo.
Así lo explicó anoche Mariano Rajoy en una comparecencia con la que se cerraba una jornada de entrevistas en La Moncloa pensada para «escuchar» y aportar ideas a fin de afrontar con la máxima fortaleza un desafío que fue calificado por el presidente como «el mayor ataque que ha sufrido la legalidad constitucional».
La ronda de diálogo continuará la próxima semana. Rajoy recibirá a todos los líderes de las fuerzas políticas a excepción de CDC y ERC. A ésas sólo las convocaría para exigirles «la inmediata retirada de la resolución» que pretenden aprobar para emprender el proceso constituyente de la república catalana.
El presidente se mostró «muy satisfecho» de la actitud encontrada en el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y en la del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. Con ambos aseguró haber coincidido en lo «realmente esencial», es decir, en el principio de que «en una democracia el cumplimiento de la Ley está fuera de discusión».
«Yo soy el presidente y asumo la responsabilidad de liderar la respuesta del Estado, pero estoy dispuesto a escuchar y dialogar. Y pido que se mantenga la confianza en los servicios del Estado, que disponen de los instrumentos suficientes para frenar este desafío», aseguró.
Mucha menos química surgió con Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, con quien Rajoy se reunía por primera vez. Con él la sintonía fue nula. El propio Iglesias lo reconoció: «No hemos coincidido en casi nada».
Rivera fue el primer interlocutor, ayer, del presidente. Él mismo aseguró haber «coincidido» ampliamente con Rajoy. Cierto es que Ciudadanos aspira a una reforma de la Constitución que, según su líder, debería más bien calificarse como reforma institucional, y esto no es compartido por el Gobierno del PP, pero más allá de este terreno el líder de la formación naranja se mostró dispuesto a respaldar todas las acciones que emprenda el Ejecutivo para frenar en seco el independentismo. Más aún, Rivera puso a disposición de las iniciativas gubernamentales a todos los miembros de su grupo en el Parlament y a todos sus cargos institucionales.
«La democracia no es negociable, España no está en juego, no se rompe», fue la frase más tajante del líder de Ciudadanos y la que más complació sin duda al presidente del Gobierno. «Al margen de las diferencias políticas, no se puede poner en jaque lo que nos une», argumentó Rivera, quien insistió en que el artículo 1 de la Constitución, que consagra la unidad de la nación, debe quedar «blindado, gobierne quien gobierne».
Pablo Iglesias fue el segundo visitante de La Moncloa. En este caso, el líder de Podemos estaba más interesado en exponerle al presidente las líneas maestras de su filosofía política que en profundizar en el reto que a corto plazo se le plantea al Estado. Iglesias no tuvo inconveniente en afirmar que el PP es «responsable de que España se rompa» al haberse convertido en una «fábrica de independentistas» por sus actitudes ante Cataluña.
En opinión de Iglesias, los catalanes «tienen derecho a expresarse en referéndum y a ser reconocidos como una nación dentro del Estado». En este sentido, aseguró que su formación no respaldará, llegado el caso, el recurso de inconstitucionalidad que el Gobierno planteará contra la resolución de Junts pel Sí y la CUP que abre el camino a la república catalana.
«No me convencen los frentes antisecesión», dijo Iglesias ante los periodistas después de reprochar a la «coalición PP-PSOE-Ciudadanos» el haberse «encerrado en un búnker».
«Nosotros», dijo, «a diferencia de ellos, ofrecemos responsabilidad, mano tendida y diálogo. Nosotros somos el único partido que garantiza la unidad», aseguró.
Iglesias explicó a Rajoy las «cinco garantías constitucionales» que reclama su partido para dibujar un nuevo proyecto de España: nueva Ley Electoral, una Justicia despolitizada, fin de las puertas giratorias que son semilla de corrupción, blindaje de los derechos sociales y un acuerdo territorial que permita que los ciudadanos voten. Sin estos principios, la Carta Magna es, según Pablo Iglesias, «papel mojado».
Pese a las profundas discrepancias que se pusieron de manifiesto entre el líder de Podemos y el presidente del Gobierno, Rajoy aseguró anoche no haber «perdido nada» por conversar con Iglesias.
EL MUNDO – 31/10/15