ABC 26/01/16
· Advierten al PSOE sobre Podemos: «No quieren gobernar con ellos, sino fagocitarlos»
«Va a haber movimiento en todos los sitios esta semana», aseguraba ayer un veterano diputado popular curtido en muchas batallas, que prevé mucha actividad política en las próximas horas. Los populares están convencidos de que lograrán «abrir puertas» y conseguir un acercamiento a Ciudadanos; de hecho, estiman que «ya ha cambiado algo» desde que el lunes Mariano Rajoy y Albert Rivera mantuvieron una primera charla telefónica, después de la impactante propuesta de gobierno que hizo Podemos al PSOE el viernes, tras verse con Felipe VI. Las posiciones de otros partidos podrían haber ayudado a reconducir la situación entre PP y C’s.
Varias señales anuncian ese cambio de actitud, aún muy sutil, entre los populares y la formación naranja: el PP, por boca de su portavoz parlamentario, Rafael Hernando, aseguraba ayer que ese «no» de Ciudadanos a apoyar un gobierno popular «podría ir cambiando». Máxime, después de la salida de pata de banco de Iglesias y su oferta al PSOE, tan mal recibida en esta formación por insultante.
«Ocupar CNI y TVE»
Los mensajes del PP insistían ayer en la misma línea de dureza en la carga contra Pedro Sánchez, pero máximo respeto hacia el PSOE, a quien recordaban que «había contribuido a los últimos 38 años de convivencia en común». Y en recordarle a los socialistas que lo que quiere Podemos no es gobernar con Pedro Sánchez, sino fagocitarle. Además de mantener machaconamente que creían «posible alcanzar acuerdos con otras formaciones políticas» porque, de hecho, «ya lo hemos hecho, y en esta legislatura, para la composición de la Mesa del Congreso de los Diputados y en otras cosas».
La oferta de Pablo Iglesias de «ocupar el Centro Nacional de Inteligencia, la televisión pública, el Ejército y hacerse cargo de la Policía», algo que ha debido «aprender en sus giras por Venezuela», produce en los ciudadanos el efecto de «ponerles los pelos como escarpias». Por eso se sorprende de la reacción de Pedro Sánchez, que «dice que están obligados a entenderse».
La operación de acercamiento a Ciudadanos ha sido evidente hasta en lo físico, con esa llamada del lunes por la noche –en realidad, un mensaje de Rajoy a Rivera que éste respondió de inmediato con una llamada telefónica–. En el PP están muy interesados en poder dar forma a una mayoría con la que puedan presentarse frente al PSOE de Pedro Sánchez y comparar los 161 apoyos de socialistas, Podemos e IU con los 163 que sumarían PP y Ciudadanos juntos.
Por eso, quieren «abrir puertas» y señalan que ayer la formación naranja no mencionó ese «no» a un gobierno del PP, lo que les hace albergar esperanzas de poder conseguir algo más del partido de Rivera. Previa, claro está, la negociación sobre reformas, con el mismo esquema que ya han utilizado en otros gobiernos regionales para pactos similares, como es el caso del de Madrid.
No creen en el PP que el último escándalo relacionado con su partido y una trama corrupta, en esta ocasión en Valencia –el caso Imelsa– pueda afectar a una negociación con Ciudadanos en busca de un acuerdo de gobernabilidad. «En absoluto», apreció el portavoz parlamentario popular.
Moderación o radicalidad
La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría insistió también ayer en una idea: el presidente en funciones, Mariano Rajoy, va a «seguir trabajando» para lograr ese gran pacto, y prueba de ello es la llamada que ayer mantuvo con el líder de la formación naranja. Lo hizo, insistió la vicepresidenta, para «reunir apoyos en torno a un pacto de moderación» y de reformas frente al «pacto de la radicalidad» de otros.
No obstante, en el PP saben que no será suficiente: hace falta sumar más fuerzas, y en la búsqueda de este objetivo no hay partido pequeño. Algunos diputados populares recordaban ayer el apoyo que en otras ocasiones les había llegado desde algunos partidos canarios, por ejemplo.
Rajoy no se toca
Todos estos mensajes intentan generar un estado de opinión favorable a su idea de la gran coalición. Tan constante en el PP, desde la noche electoral del 20-D, como el «mantra» de la «inamovilidad» de la candidatura de Rajoy: ha sido, es y será, insisten, su número uno.
En este sentido, negó cualquier posibilidad de acertar a quienes «elucubran con fórmulas ingeniosas» sobre una posible sustitución del presidente en funciones. «Ni a Ciudadanos se le ha pasado esa posibilidad por la cabeza», dijo Rafael Hernando.