EL CORREO – 28/08/14
· El lehendakari, que preside hoy el Consejo de Gobierno en Miramar, llevará a La Moncloa la cuestión vasca en plena efervescencia soberanista.
Las reiteradas quejas públicas de Iñigo Urkullu por el silencio de Mariano Rajoy ante su insistencia en mantener un encuentro en La Moncloa surtieron, finalmente, su efecto. Según ha podido saber este periódico, el lehendakari recibió respuesta del presidente del Gobierno por carta el pasado miércoles 20 de agosto. En la misiva, Rajoy aplacaba los recelos del jefe del Ejecutivo de Vitoria, le transmitía que el interés en el ‘cara a cara’ es mutuo y le prometía verse «en próximas fechas», aunque sin concretar cuándo. De hecho, el presidente español se comprometía a establecer el calendario definitivo «a la vuelta del verano».
A punto de arrancar el curso político –Urkullu comparece hoy ante los medios tras presidir su primer Consejo de Gobierno en Miramar después del paréntesis estival y Mariano Rajoy hará lo propio el viernes en su primer Consejo de Ministros tras las vacaciones–, ambos interlocutores no han cerrado aún fecha para su cita, pese a que mantienen contacto telefónico con cierta periodicidad. En todo caso, existen pocas dudas de que la reunión se celebrará en septiembre o, a más tardar, en octubre, en plena efervescencia soberanista ante la proximidad del referéndum de independencia escocés del 18 de septiembre y de la consulta catalana del 9 de noviembre, que, según ha dejado claro Rajoy, no se va a celebrar porque es «ilegal».
En ese contexto, el lehendakari acudirá a La Moncloa con un orden del día en el que, aunque las cuestiones económicas, competenciales y relativas a la pacificación ocuparán su espacio, tendrá prioridad la necesidad de profundizar en el autogobierno vasco desde una perspectiva pactada entre Madrid y Euskadi –inspirada en el espejo escocés– y la importancia de revisar el modelo territorial ante la «crisis profunda» del Estado autonómico edificado durante la Transición.
No en vano, cuando aún esperaba respuesta a los dos escritos remitidos en tres meses para pedir cita –el último, en julio– el lehendakari, molesto, avisó al Gobierno central de que si no corregía su indiferencia hacia las reclamaciones vascas y catalanas solo lograría ahondar la «desafección» hacia el Estado. No obstante, el lehendakari no tiene previsto emular a Artur Mas y no dará ningún paso unilateral hacia el nuevo estatus que defiende –una traslación del Concierto económico al ámbito político, que blinde las atribuciones estatutarias de Euskadi–, salvo que el Parlamento le encargue expresamente la redacción de un texto articulado.
De hecho, el lehendakari está firmente convencido de que la reforma del modelo de Estado no tiene vueltra atrás y sigue con suma atención la propuesta de modificación constitucional del PSOE en clave federal, que presentará Pedro Sánchéz en las próximas semanas. Fuentes de la Lehendakaritza confirmaron que Urkullu ha establecido ya «comunicación» con el nuevo secretario general del PSOE, con quien habló el pasado 2 de agosto. Sánchez y Urkullu se emplazaron entonces a un próximo encuentro. Del mismo modo, el lehendakari compartió también con el presidente de la Generalitat sus impresiones tras la reunión que Artur Mas y Rajoy celebraron en julio.
«Amenaza» a la convivencia
En ese contexto, el PP expresó ayer su «preocupación» –por boca de su portavoz adjunto en el Congreso, el vizcaíno Leopoldo Barreda– ante la posibilidad de que Urkullu centre su conversación con Rajoy en «cuestiones que siguen un rumbo parecido al de Escocia o Cataluña», asuntos que no solo revisten «poco interés» para los vascos, sino que «amenazan la convivencia». Barreda denunció que Urkullu no duda en «embarcarse en aventuras» que solo sirven para «distraer la atención».
La ‘cumbre’ en La Moncloa llegará en un momento crítico para las relaciones entre el PNV y el PP vasco, ahora congeladas por la polémica alentada por la formación de Arantza Quiroga sobre la financiación de los batzokis. A la espera de un eventual deshielo entre la presidenta popular y el líder del EBB, Andoni Ortuzar, la cita con Rajoy podría servir para engrasarlas de nuevo si arroja algún resultado.
Sobre la mesa estará también la propuesta del Gobierno vasco para la «reintegración social» de los presos de ETA, la puesta en marcha del memorial en honor a las víctimas, que depende del Ejecutivo central; la liquidación pendiente del Cupo y la renovación de la Ley del Concierto, e inversiones como el TAV, la fuente de neutrones o la revitalización de Foronda.
EL CORREO – 28/08/14