ABC – 18/10/15
· «Hemos cumplido», proclama el presidente en un acto para exhibir unidad interna.
Al PP le quedaba ayer el consuelo de que en el PSOE han terminado la semana peor que ellos, con fuertes críticas internas por el fichaje de la ex de UPyD Irene Lozano. Después de unos días más negros que grises, los populares han querido dar por zanjada la convulsión que han vivido, tanto en su formación como en el Gobierno, con un acto de unidad, de cierre de filas y de orgullo de partido. Rajoy convocó a sus ministros, a los presidentes regionales del PP y al núcleo duro de Génova, junto a diputados y senadores, a un acto en Toledo para exhibir que son una piña ante el 20-D, pero también para espolear a todos: «¿Pero qué broma es esta? ¡Somos el Partido Popular! El partido de la mayoría moderada, del centro derecha español. No somos producto de una tertulia ni flor de un día», exclamó el presidente ante los suyos.
Fue el día del «orgullo popular», al que solo faltaron tres presidentes regionales del PP: Juan Vicente Herrera (Castilla y León), Luisa Fernanda Rudi (Aragón) y Esperanza Aguirre (Madrid). Ésta había enviado un SMS el día anterior a Rajoy y a Cospedal, donde excusó su ausencia por «compromisos familiares ineludibles». Herrera se había despachado horas antes con nuevas críticas al ministro de Industria, José Manuel Soria, con el que mantiene su particular guerra, cada vez más ruidosa, por su política minera.
En teoría, en Toledo se trataba de hacer balance de la legislatura, pero sirvió a todos para reivindicar el proyecto del PP, y sobre todo para poner por las nubes a Rajoy por llevar a España «de la crisis a la recuperación». El más expresivo fue el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que fue, entre los barones regionales, el único que se saltó el guión establecido por Génova para todos ellos y se marcó un discurso político con muchos guiños internos. «Tenemos al mejor candidato, a Mariano Rajoy, ha sido el mejor presidente en la España más difícil». «Se ha dejado la vida para mejorar la situación de su país, olvidándose de sus intereses y de su imagen», aseguró.
Rajoy confesó que no es persona a la que le guste presumir de nada, pero aquí hacía una excepción: «Estoy orgulloso como gobernante y como español». Orgulloso de «haber cumplido» el objetivo que se propuso el PP al llegar al poder (mensaje incluido a Aznar, sin citarle, claro: «En 2011 conseguimos la mayor victoria del PP en toda su historia, conviene no olvidarlo»), y orgulloso sobre todo de haber dicho «no» al rescate de España.
Rajoy no mencionó ni una sola vez al PSOE ni a Ciudadanos, tampoco a Podemos. Pero tuvo pullas para todos ellos, como cuando aseguró que el PP no se presenta a las elecciones «haciendo fichajes de última hora para que lo regeneren». O cuando advirtió de que el PP es «partido de Gobierno y no tiene vocación de bisagra». O cuando denunció a los que quieren cambiar sus hechos por palabras: «Regresa la música de las palabras, vacías como sus manos, y huecas».
Cifuentes, la más aplaudida
Rajoy saca pecho, y con él todos sus ministros que ayer fueron hasta Toledo para estar con su «jefe» y hacerse la foto de la unidad con él y con el poder territorial del partido. En el corto paseo que dieron para que se tomaran las imágenes oportunas, Rajoy charló animadamente con el presidente del PP riojano, Pedro Sanz. Margallo caminó junto a Rafael Hernando, a una distancia prudencial de Cristóbal Montoro, ambos en segundo plano. Después, Rajoy almorzó con todos ellos.
Una de las más aplaudidas en las intervenciones, por cierto, fue la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que también exhibió «orgullo» de partido: «Llevo 30 años como militante del PP y ni un solo día he dejado de sentirme orgullosa de mi partido». Otra cosa, puntualizó, son actitudes individuales que se han conocido, y que han tratado de aprovechar sus cargos para enriquecerse, y que «abochornan» a todos.
ABC – 18/10/15