Rajoy exige a Mas que respete la Ley y tenga lealtad institucional

ABC 15/09/13

· El presidente del Gobierno ofrece trabajar juntos sobre las «necesidades reales» de los ciudadanos «Juntos ganamos todos y separados todos perdemos», subraya en la carta que ayer se envió a la Generalitat.

· Los costes de la secesión «Los vínculos que nos unen no pueden desatarse sin enormes costes afectivos, económicos y políticos».

Cincuenta días después de que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, enviara una carta a Mariano Rajoy para pedirle la convocatoria pactada de una consulta al «pueblo catalán» sobre la independencia de su Comunidad, el jefe del Ejecutivo remitió su respuesta, en la que exige respeto al marco jurídico y lealtad institucional, al mismo tiempo que ofrece «diálogo sin fecha de caducidad» sobre las necesidades «reales» de todos los ciudadanos.

La misiva de Rajoy es algo más breve que la de Mas: siete párrafos frente a trece, y en ella desarrolla la doble respuesta que el Gobierno ha dado desde el primer momento al desafío independentista: diálogo y Constitución. Unas horas antes de que la carta saliera del Palacio de la Moncloa, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, explicaba que la consulta que pide Artur Mas no cabe en la Constitución, y por tanto no podrá celebrarse. Además, descartaba una reforma de la Carta Magna por falta de consenso y dejaba la puerta abierta al diálogo, siempre dentro de la ley, en cuestiones que mejoren el bienestar y la situación de los ciudadanos.

La carta de Rajoy recoge esas ideas con un tono conciliador, positivo y apaciguador, pero a la vez tajante, y trata de mostrar, aunque sea de forma breve, que la convivencia siempre es mejor y más beneficiosa para todos que el separatismo y la división. En las líneas que dirige el presidente del Gobierno al «molt honorable president de la Generalitat de Catalunya», elude en todo momento entrar en las provocaciones de los nacionalistas y en la valoración de la última exhibición de fuerza del independentismo que se llevó a cabo en la Diada con la cadena humana que atravesó Cataluña. El conjunto de la carta es un «no» a las pretensiones independentistas de Mas y sus socios de ERC, y una invitación a trabajar juntos para mejorar la situación de los ciudadanos.

El presidente del Gobierno recuerda primero que «siempre» ha sido una persona comprometida con el diálogo «como forma de resolver las diferencias políticas o de cualquier otra índole». Y acto seguido recuerda que ese compromiso de diálogo adquiere sentido desde «la exigible lealtad institucional y desde el respeto al marco jurídico que a todos nos protege y a todos nos vincula». Rajoy señala que por su parte el diálogo «no tiene fecha de caducidad» cuando se trata de atender el interés general de todos los españoles y, por tanto, de todos los catalanes.

Convivencia y concordia

En su primera carta, Mas presumía del «amplio apoyo ciudadano y parlamentario» que tenía en Cataluña para seguir adelante con sus planes secesionistas. Ante esto, Rajoy le replica que «el mejor servicio a la legitimidad democrática» que invoca el presidente de la Generalitat «es precisamente respetar ese marco jurídico en el que los gobiernos hallan su fundamento y legitimidad y los ciudadanos encuentran la garantía para la convivencia y la concordia».

Rajoy incluye un guiño a la singularidad de Cataluña dentro de España, y a la relevancia que tiene esta Comunidad para la marcha del país. «Estoy convencido de la extraordinaria relevancia que Cataluña tiene para el conjunto de España y de la riqueza, pluralidad y singularidad de la sociedad catalana». Y es aquí donde incluye la única advertencia por las consecuencias que tendrían los planes de Mas: si rompe los vínculos entre los catalanes y el resto de españoles habrá costes «afectivos, económicos, políticos y sociales».

En el mismo tono fraternal de toda la carta, Rajoy invita a Mas a trabajar juntos en el fortalecimiento de los lazos y a «huir de los enfrentamientos», desde la lealtad recíproca y el «fomento de la corresponsabilidad en las dos direcciones».

Respuestas económicas

«Juntos ganamos todos y separados todos perdemos», subraya Rajoy, quien vuelve a insistir en pedir lealtad institucional, justo en estos momentos «de dificultad económica y social que padece nuestra sociedad». El presidente del Gobierno expresa su profundo afecto por la sociedad catalana y su respeto institucional a la Generalitat, y ofrece a Mas trabajar de forma conjunta para ofrecer respuestas «a las necesidades reales de todos los ciudadanos». Esas «necesidades reales» están relacionadas con la salida de la crisis y la creación de empleo.

Precisamente, desde La Moncloa se ha señalado que Rajoy está dispuesto a buscar acuerdos económicos con Mas que faciliten la recuperación, así como una revisión de las competencias y una actualización del sistema de financiación con mejores condiciones para Cataluña, sin llegar al pacto fiscal, que el Gobierno considera inconstitucional.

La carta de Rajoy, que tiene una dirección errónea en el encabezamiento («Pina de Sant Jaume», en lugar de Plaça de Sant Jaume), ha salido de la Moncloa tan solo tres días después de los actos independentistas de la Diada de Cataluña.

 

«El diálogo no tiene fecha de caducidad»

«Estimado President:

En respuesta a su carta en la que me plantea la necesidad de abordar un proceso de negociación para la celebración de una consulta en Cataluña, y sin perjuicio del exhaustivo análisis que exige el informe jurídico y político que me ha enviado con posterioridad, paso a manifestarle mi criterio respecto a las cuestiones que plantea. Siempre he sido -y creo haberlo demostrado-una persona comprometida plenamente con el diálogo como forma de resolver las diferencias políticas o de cualquier otra índole. Este compromiso con el diálogo adquiere su verdadero sentido desde la exigible lealtad institucional y desde el respeto al marco jurídico que a todos nos protege y que a todos nos vincula, en especial a quienes ejercemos responsabilidades de gobierno.

Por mi parte, el diálogo no tiene fecha de caducidad cuando se trata de atender al interés general de los españoles y, por ello, de todos los catalanes. En este sentido, considero que el mejor servicio a la legitimidad democrática que usted invoca es precisamente respetar ese marco jurídico en el que los gobiernos hallan su fundamento y legitimidad y los ciudadanos encuentran la garantía para la convivencia y la concordia. Estoy convencido de la extraordinaria relevancia que Cataluña tiene para el conjunto de España y de la riqueza, pluralidad y singularidad de la sociedad catalana.

Pienso asimismo que los vínculos que nos mantienen unidos no pueden desatarse sin enormes costes afectivos, económicos, políticos y sociales. Y por supuesto, quiero también transmitirle la firme convicción de mi Gobierno de que hemos de trabajar en el fortalecimiento de esos lazos y huir de los enfrentamientos. Debemos hacerlo desde la lealtad recíproca y el fomento de la corresponsabilidad en las dos direcciones. Convencido de que juntos ganamos todos y separados todos perdemos, le invito a que ejerzamos responsablemente nuestra función como gobernantes democráticos con lealtad hacia los ciudadanos y las instituciones que representamos en estos momentos de dificultad económica y social que padece nuestra sociedad.

Desde el profundo afecto que siento por la sociedad catalana en su conjunto y el respeto institucional a la Generalitat de Cataluña que usted representa hoy, quedo a su disposición para trabajar conjuntamente y ofrecer así la mejor respuesta a las necesidades reales de todos los ciudadanos.

 

ABC 15/09/13