Mariano Rajoy ha impuesto la continuidad en la política económica hasta el punto de que mantiene la presidencia de la Comisión Delegada y fuerza a seguir cohabitando a Luis de Guindos como ministro de Economía y a Cristóbal Montoro como titular de Hacienda, pese a que es conocido su enfrentamiento en los últimos años. Incluso trocea más el poder en el aparato económico al colocar como ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital a Álvaro Nadal. Éste último es autónomo de Guindos y de Montoro y completamente leal a Rajoy, a cuyas órdenes ha trabajado desde 2012 como director de la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno.
En el nuevo reparto, De Guindos sale algo más reforzado al incorporar a su Ministerio de Economía y Competitividad la Secretaría de Estado de Industria, antaño en poder de su amigo José Manuel Soria. Mantendrá la interlocución con Bruselas y los inversores internacionales, lo que le consolida como el rostro económico del Gobierno, especialmente en el exterior.
Montoro, sin embargo, mantiene la importante cartera de Hacienda, pero pierde el área de Administraciones Públicas que pasa al control de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Ésta gana así un considerable poder en uno de los capítulos económicos clave de la legislatura, la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica, básico para los pactos con el PSOE, particularmente con los barones encabezados por la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.
Fuentes de Moncloa aseguraron además que no será Guindos, sino Sáenz de Santamaría quien continuará al frente de la Comisión Delegada en caso de ausencia de Rajoy.
Sáenz de Santamaría contará en el equipo económico con ministros de su plena confianza como la titular de Empleo, Fátima Báñez, que se mantiene en el cargo, y el mencionado Nadal, que ha trabajado codo con codo con ella en Moncloa en los últimos cinco años. Su departamento será el grueso del actual Ministerio de Industria, puesto que Agenda Digital incluye la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones.
La ministra de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, continúa también en su cargo. No está adscrita al equipo de Sáenz de Santamaría y mantiene buena relación con De Guindos.
El nuevo titular de Fomento y hasta ahora alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, desplaza a Rafael Catalá, que sigue en Justicia, y queda a expensas del presupuesto que le vaya otorgando Montoro para poder tener algún protagonismo político en la legislatura.
La continuidad de Montoro asegura continuidad en las empresas públicas del Estado. El diputado Ramón Aguirre puede volver a presidir la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) sin olvidar la posibilidad de que ocupe este puesto la ex presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Elvira Rodríguez.
La irrupción de Nadal en el Gobierno puede provocar que su hermano Alberto, actual secretario de Estado de Energía, deje el Ministerio para pasar a dirigir la Oficina Económica de Moncloa. De Guindos, por su parte, será clave en la renovación de altos cargos en los organismos reguladores, desde la CNMV al Banco de España.
Tres cabezas económicas
Más reparto.
En el nuevo aparato económico del Gobierno no sólo habrá dos cabezas visibles como hasta ahora, como son Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, enfrentados entre ellos. Surge también Álvaro Nadal. Éste ocupará un ministerio con menos áreas como es el de Energía, pero su acceso a Rajoy es privilegiado tras haber dirigido la Oficina Económica de Moncloa le convierte en otra fuente de poder en este área clave de la legislatura