ABC 05/08/15
· El presidente del Gobierno, ante el desafío de Mas: «El 27-S se celebran unos comicios cuyo único objetivo es elegir a un Parlamento autonómico»
· Inquietud en CDC Mas no tiene garantizada la victoria, pues la CUP ya ha anunciado que no piensa votar su investidura
Frente al tono belicista de Artur Mas –ya habla sin ambages de «un ataque sistemático a la autonomía» y su «derecho a la legítima defensa»–, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, contrapuso ayer el imperio de la ley para garantizar que «nadie va a convertir a los catalanes en extranjeros en su propio país».
Rajoy –comedido siempre en torno al asunto catalán, a pesar de las críticas que le piden elevar el tono– marcó una vez más la única carta ganadora a la que se encomienda el Ejecutivo: la ley se cumplirá. Para ello, restó importancia a la parafernalia con la que Mas se revistió en la noche del lunes para convocar en directo televisivo (TV3 mediante) las elecciones catalanas y se refirió al 27-S como unas elecciones cuyo «único objetivo es elegir a un Parlamento autonómico»: «Que no se juegue con la voluntad de la gente», manifestó desde la localidad onubense de La Palma del Condado, cercana al Parque Nacional de Doñana donde pasa unos días de descanso.
El presidente Rajoy reiteró que «nadie va a romper España de ninguna manera» y que la continuidad de Cataluña en España es un asunto que «tendrían que decidir todos los españoles. Lo que es España lo deciden todos los españoles, eso es la soberanía nacional».
Tercer comicio en cinco años
«Nadie va a convertir a los catalanes en extranjeros en su propio país, que es lo que pretenden algunos. Nadie va a hurtar a los catalanes la triple condición de catalanes, españoles y europeos, ni va a empobrecerlos», subrayó Rajoy.
Con una Cataluña enfilando sus terceras elecciones autonómicas en apenas cinco años y un pseudo referéndum ilegal sobre la independencia, el jefe del Ejecutivo pidió que el 27-S «sirva para poner fin a esa antigua idea que quiere obligar a la gente a decidir entre ser catalanes o ser españoles y europeos».
Además, pidió acabar con la «discordia y la división» y abogó por trabajar todos integrados para resolver los problemas «reales» de las personas: «Se ha dedicado todo el tiempo en esta legislatura a confrontar, dividir, no asumir responsabilidades y echar la culpa a los demás que no vivimos en Cataluña».
El jefe del Ejecutivo también aludió al riesgo que la inestabilidad política en Cataluña tiene para el conjunto de la economía española: «Ha costado mucho sacrificio salir de la crisis y ver la luz al final del túnel como para que ahora la actuación irresponsable [de Artur Mas] lleve a destruir esa mejoría económica».
A poco más de 50 días del 27-S, Rajoy también quiso enviar un mensaje para movilizar a todos aquellos que se oponen a los planes de la candidatura única independentista que lidera el eco-comunista Raül Romeva con el apoyo de Artur Mas (CDC) y Oriol Junqueras (ERC) en la lista: «Son unas elecciones importantes y hay que decir a todo el mundo que hay que votar».
Pese al tono desafiante y casi bélico que ayer utilizó Mas, lo cierto es que esa candidatura única en la que Mas ha quedado diluido en cuarto lugar no tiene garantizada la mayoría absoluta (68 diputados de un Parlamento catalán de 135 escaños) y eso provoca inquietud en Convergència, donde dirigentes más realistas que su líder temen una fuga de votos al nacionalismo moderado de Unió y a Ciudadanos. La Candidatura de Unitat Popular (CUP), formación independentista y antisistema que se ha descolgado del proyecto de CDC, ya ha advertido de que no piensa votar la investidura de Artur Mas, por mucha transversalidad ideológica que exista en esa lista denominada «Junts pel sí».
La retirada de Mas
De hecho, en su comparecencia ante los medios de comunicación, Mas insinuó que, en el supuesto de que el «sí» a la independencia no ganara el 27-S, se vería obligado a dejar la política. «Si no ganara [esa opción], quienes somos partidarios del ‘sí’ debemos dar un paso atrás», dijo el mandatario catalán, quien aseguró que Rajoy conocía desde hace un año que convocaría unas elecciones «plebiscitarias» en las que se presentaría una gran coalición independentista. El presidente de Unió, Josep Duran Lleida, asegura lo contrario: que Mas no quería avanzar los comicios, pero su huída hacia adelante le impedía dar marcha atrás.