EL MUNDO – 26/11/15
· El Gobierno está decidido a consultar con todas las fuerzas políticas que desde hoy integran el pacto contra el terrorismo yihadista el refuerzo de la contribución española a la operación que promueve Francia contra el Estado Islámico.
· Este compromiso incluye también a la formación de Pablo Iglesias, pese a que Podemos sólo se ha sumado al acuerdo en calidad de observadora. El pacto quedará hoy reforzado y ampliado con la firma de nuevos partidos: Ciudadanos, UPyD y Unió.
En España, Mariano Rajoy aguarda la petición de ayuda francesa empleándose en la búsqueda de una foto de unidad política interna. Es una condición previa y especialmente valiosa en vísperas electorales. «Ahora, interesa más esa instantánea que otra con protagonistas internacionales», explican en Moncloa. Un argumento que también respaldan en medios diplomáticos, en los que sigue muy presente el impacto negativo que tuvo en la sociedad española la imagen de las Azores de 2003en vísperas de la Guerra de Irak.
Ahora Madrid se retractó ayer y optó por rechazar una moción de urgencia de los socialistas sobre la aplicación de la Ley de Memoria Histórica en la denominación del callejero de Madrid. Con ello, el debate sobre el cambio de los nombres de las calles se aplaza al mes de diciembre.
En Moncloa se declaran conscientes de que habrá partidos que saquen a la gente a la calle incluso antes de que España aumente su compromiso con la coalición para combatir al Estado Islámico. «Lo damos por descontado», admiten, para apuntar a continuación que la verdadera preocupación es evitar que cunda el convencimiento de que el Gobierno actúa en esta cuestión al margen de la ciudadanía.
Rajoy se mantiene a la espera de que el Ejecutivo francés concrete sus necesidades con vistas al despliegue reforzado que pretende liderar contra el yihadismo. Los ministerios de Exteriores y Defensa, Presidencia del Gobierno e incluso la Embajada de España en Francia insistieron ayer en que, por el momento, las autoridades del país vecino no han trasladado petición alguna de ayuda a Madrid, un requisito que, como señalan en Moncloa, está establecido en la Ley de la Defensa Nacional como «condición» para la participación española en misiones en el exterior.
En el Ministerio que dirige José Manuel García-Margallo mantienen que lo previsible es que Hollande plantee sus necesidades cuando ponga fin a su gira de grandes potencias. En Defensa se hacen eco también de este planteamiento. El presidente de la República se entrevistó el lunes con David Cameron en Londres; el martes con Barack Obama en Washington; ayer hizo lo propio en París con la canciller alemana, Angela Merkel, y hoy está previsto un encuentro con el presidente ruso, Vladimir Putin. La ronda ha deparado una respuesta irregular pendiente de limar graves diferencias entre Washington y Moscú.
El Gobierno español asegura, pese a ello, su plena voluntad de colaboración con el país vecino –«no regatearemos», ha afirmado el titular de Exteriores–, aunque reclama peticiones concretas de ayuda para evitar, como señalan en el Ministerio de Defensa, «procedimientos militares solapados o absurdos».
Las operaciones militares internacionales se generan –explican– a partir de que el país promotor expone sus necesidades. «Seremos generosos porque a Francia, en el terreno antiterrorista, le debemos mucho», apostillan en Presidencia, y porque «la amenaza que se enfrenta es contra todos». Más aún, el ministro de Exteriores advirtió ayer de que en ocasiones como ésta no bastan los eslóganes y hay que actuar: «No hacer nada es dejar que vengan a matarnos cuando les parezca bien».
Las fuentes –militares, políticas y diplomáticas– consultadas ayer coincidían en vaticinar que las demandas francesas no serán extraordinarias. Y apuntaban también que países como Alemania o Reino Unido se han pronunciado cuando Hollande se ha dirigido expresamente a ellos. Ayer, la canciller Merkel puso sobre la mesa, apenas unas horas antes de su encuentro con el presidente de la República, la posibilidad de ampliar su presencia en Mali en 650 efectivos.
En España se descarta la idea de relevar a los franceses en este país africano tomando las riendas de la misión de estabilización en la que ya participan fuerzas españolas. Defensa y Exteriores creen que París difícilmente cedería el control de un territorio clave para su influencia en la región del Sahel, pese a que esta es una zona más próxima a la geopolítica española que Siria o Irak. Ayer mismo, Margallo señalaba que el Sahel es «nuestro patio trasero» y apuntaba la grave situación de países como Libia o Túnez.
Las fuentes señalan que una vez que Hollande ha confirmado su negativa a un plan que implique «botas sobre el terreno» sirio no parece imprescindible una operación masiva de sustitución militar a los efectivos franceses en otras zonas. Si hay demanda en este sentido, auguran, será «limitada».
Sea como fuere, el Gobierno insiste en su disposición a respaldar a Francia ya sea con efectivos militares o de inteligencia y se prepara para todos los escenarios. De las tres condiciones que deben cumplirse, la primera –amparo legal de una resolución de la ONU– ya está solventada. Faltan dos: someter la demanda de ayuda a las fuerzas políticas y la aprobación de la misma en el Congreso, tal y como estipulan los artículos 4.2 y 17 de la Ley de la Defensa Nacional.
En Presidencia aclaran que, si como anticipó el embajador francés, Yves Saint-Geours, la petición se remitiera antes del 20-D y de la constitución del nuevo Parlamento, se convocaría a la Diputación Permanente para que avale la propuesta que presente el Ejecutivo.
EL MUNDO – 26/11/15