Ramadán de guerra y caos

AHMED RASHID – EL MUNDO – 28/06/15

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Ahmed Rashid

· El Estado Islámico (IS) parece haber declarado la guerra al mundo con tres atentados simultáneos en tres continentes, en los que ha matado a más de un centenar de personas de todas las razas y nacionalidades, aunque correligionarios musulmanes la mayoría de ellos. Hacerlo en el Ramadán, el mes de ayuno de los musulmanes y un tiempo marcadamente de oración, paz y recogimiento, cuando incluso los talibán y Al Qaeda aprovechan para observar treguas informales, representa para los musulmanes la mayor de las farsas.

Este año en el que el Ramadán cae a la altura del solsticio de verano, la jornada de ayuno sin agua es de más de 15 horas, una verdadera prueba de fe. Sin embargo, no lo parece para el IS, que ha dejado claro que este Ramadán será el más sangriento que se recuerde. Deberíamos estar en guardia durante las próximas semanas porque es seguro que se van a producir más atentados contra civiles.

El lunes, el portavoz del Estado Islámico, Abu Mohammed al Adnani, se dirigió a los seguidores del IS por el comienzo del Ramadán con un mensaje escalofriante al que luego siguió una orden de asesinatos en masa. «¡Musulmanes! ¡Adoptad y acelerad la yihad!», arengó en un mensaje de audio. «¡Muyahidines, allí donde os encontréis! ¡Apresuraos y haced del Ramadán un mes catastrófico para los infieles…», dijo. Y a continuación dejó claro a quiénes exactamente quería muertos. «Los ataques deben dirigirse contra los kuffars (infieles), los cruzados, los chiíes y apóstatas».

Esas cuatro categorías de los que el IS llama enemigos sufrieron las matanzas del viernes. En Francia, un hombre trató de asaltar una instalación de gas de propiedad estadounidense después de decapitar a un empleado que había sido su anterior jefe. En Túnez, un hombre armado irrumpió en un hotel de lujo a orilla del mar y en una zona de playa asesinó al menos a 39 turistas que tomaban el sol, muchos de ellos británicos.

El atentado en Susa ha sido el peor en la historia de este país y se ha cometido justo después de la matanza del Museo del Bardo, donde perdieron la vida 22 turistas. El turismo, que representa el 15% del PIB, ha recibido un golpe devastador. Ayer miles de turistas trataban de escapar de allí por algún aeropuerto cercano y empresas de viajes fletaban vuelos especiales para llevarse pasajeros.

En Kuwait, en el ataque que terminará teniendo consecuencias más fatales a largo plazo, un terrorista suicida entró en una mezquita chií en medio de las oraciones del viernes y se voló por los aires matando al menos a 27 personas e hiriendo a otras 200. Más de 2.000 fieles se encontraban en la mezquita en aquel momento. Es el primer atentado importante en un Estado del golfo Pérsico en lo que supone un claro intento del IS para que prenda una guerra sectaria en estos pequeños países con importante minoría chií. Sin embargo, fue el jueves cuando el IS proclamó realmente sus verdaderas intenciones durante el Ramadán, cuando media docena de terroristas suicidas y francotiradores atacaron nuevamente la ciudad kurdo-siria de Kobane, en la frontera con Turquía, y mataron a 150 personas, muchas de ellas mujeres y niños que acababan de regresar a su ciudad de origen después de casi un año. El año pasado, combatientes kurdos repelieron durante meses el ataque del IS con la ayuda de las fuerzas aéreas de EEUU y Arabia, que llevaron a cabo intensos bombardeos. En esta ocasión, militantes del IS, disfrazados con uniformes kurdos, penetraron sin ser identificados hasta el centro de la ciudad y abrieron fuego. Una semana antes, los yihadistas habían atacado la ciudad siria de Hasaka y obligado a 60.000 personas a huir al desierto.

No hay indicios de que estos tres atentados del viernes estuvieran estrechamente coordinados, pero el hecho de que el IS haya ordenado que se produzcan ataques todos los días va a incrementar enormemente el nivel de violencia. El ataque a Kobane supone un intento de apoderarse de nuevos territorios en pleno Ramadán con la excusa del martirio de sus combatientes precisamente en ese mes. El atentado de Francia es claramente la acción de un lobo solitario perpetrada por un único individuo; exactamente lo que el IS ha instado a que hagan sus seguidores en Europa. Es de prever que en otras ciudades europeas se produzcan ataques que pretendan emular a éstos, razón por la que los gobiernos han declarado estados de alerta máxima.

El atentado de Túnez es consecuencia de un doble proceso que se está desarrollando en ese país. Por una parte, cuenta con el sistema más democrático del mundo árabe después de haber celebrado unas elecciones libres y limpias en las que participaron partidos islámicos. Por otro lado, los jóvenes están cada vez más profundamente radicalizados. Más de 3.000 jóvenes tunecinos, mujeres entre ellos, luchan hoy junto al IS en Siria e Irak. Integran el mayor contingente de combatientes extranjeros de un solo país que se haya alistado en el IS. Se cree que el IS dispone en total de 22.000 combatientes extranjeros procedentes de un centenar de países.

Sin embargo, el atentado de Kuwait va a sembrar el terror en los millones de trabajadores extranjeros de los estados del Golfo, así como en las familias reales gobernantes, que rigen ciudades-estado muy vulnerables pero ricas en petróleo, susceptibles de ser fácilmente desestabilizadas por atentados como éstos. Kuwait comparte fronteras de desierto con Irak y Arabia Saudí, por lo que es un objetivo manifiesto del IS. Su población de 4,2 millones de habitantes incluye 2,8 millones de expatriados. Si les entrara el pánico y se fueran, el país se quedaría en punto muerto.

En segundo lugar, el atentado de la mezquita demuestra cómo el IS trata de encender la mecha de una guerra sectaria, como ya ha hecho en Siria e Irak. Intenta provocar una reacción frenética de la mayoría de kuwaitíes suníes para que ataquen a los chiíes, que constituyen un 30% de la población. El IS ha convertido el mes más sagrado y pacífico del islam en un tiempo de guerra y caos sin precedentes. Es evidente que los pequeños pasos dados por la alianza occidental y árabe son insuficientes para hacer frente a ese terror.

A. Rashid esperiodista y escritor paquistaní. Autor de ‘Los talibán’ y ‘Pakistán, ante el abismo’.

AHMED RASHID – EL MUNDO – 28/06/15