Rechazo general a la iniciativa por «echar gasolina a los nacionalistas»

ABC – 02/09/15

· El Gobierno defiende la propuesta: «Fortalece el marco constitucional».

· Mas: «Es la Inquisición» «Esto sí que recuerda los años 30», manifestó Mas, quien tildó la iniciativa de «esperpéntica» e «inquisitorial».

La iniciativa del PP de plantear una proposición para modificar la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional fue objeto del reproche generalizado entre las fuerzas políticas del país. No solo por su contenido, sino también por su oportunidad y por la manera en que fue presentada: por el grupo parlamentario del PP en el Congreso, pero con la presencia y el protagonismo de Xavier García Albiol, candidato del PP a la presidencia de la Generalitat de Cataluña en las elecciones del próximo 27-S.

María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, fue tajante al referirse a esta reforma en la reunión con los senadores populares: se había hecho «lo que había que hacer». Pero el fondo, y sobre todo las formas, indignaron a los diferentes partidos. Empezando por el líder de CDC y presidente en funciones de la Generalitat, Artur Mas, quien calificó de «esperpéntica» la iniciativa. «Esto sí me recuerda a los años 30», dijo en alusión al artículo de Felipe González sobre el proyecto secesionista de Mas. El dirigente catalán añadió que la medida es propia de la Inquisición.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, no dudó en criticar desde Lima (Perú) la reforma «unilateral» y electoralista planteada por el PP, y acusó a Rajoy de olvidar el interés general de los españoles y pretender legislar para la «extrema derecha» de su partido. «El señor Rajoy, que tanto habla de España, que poco la quiere y que poco la defiende», subrayó.

«Por un puñado de votos»

El senador socialista Óscar López llegó a acusar al Gobierno de ser «una máquina de hacer nacionalistas», al «echar gasolina al fuego» del independentismo. No menos contundente fue el secretario de Acción Política y Ciudadana del PSOE, Patxi López, que acusó al PP de hacer una «utilización partidista de las instituciones».

Incluso el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, coincidió en calificar la propuesta de «sectaria y electoralista». También desde el mundo nacionalista, el senador del PNV Jokin Bildarratz acusó al PP de buscar con ella «el enfrentamiento y la confrontación», todo «por un puñado de votos: ¿Cómo puede presentar una proposición de ley en el Congreso de los Diputados el candidato del PP en Cataluña?», se preguntaba. El senador Josep Lluís Cleries, de Convergencia, lo considera «el mayor ataque a la democracia que se ha producido desde 1978».

Albert Rivera, líder de Ciudadanos, argumentó en contra de la «reforma exprés», señalando que el PP «no tiene credibilidad» porque durante años hizo la vista gorda ante fallos de este órgano en Cataluña. Rivera recordó que su formación sí cree en la reforma del Tribunal Constitucional, pero para despolitizarlo. Tampoco a la formación Podemos le gusta la idea: Pablo Iglesias habló de la necesidad de «hermandad» entre los pueblos que «forman un país que entendemos plurinacional».

Rosa Díaz (UPyD), advirtió que la proposición podría resultar «contraproducente». Recordó que su partido siempre ha respaldado al Gobierno «para defender a los catalanes de sus propios dirigentes enloquecidos», pero cree que el actual marco jurídico ya tiene instrumentos legales «de sobra» para hacer cumplir las sentencias del Constitucional.

ABC – 02/09/15