La mala noticia para la derecha española y para el PSOE postzapateril que recupere su vocación nacional es que esta regionalitis aguda que ha atacado a Sanz ha infectado ya una buena parte del sistema político. A la UPN y a muchos ciudadanos españoles, que están en lo mismo que Sanz.
La única buena noticia de la crisis planteada por UPN es que la decisión del PP está tomada. El pacto estará muerto si Sanz acuerda definitivamente con el PSOE. Lo que garantizará la supervivencia de un partido nacional en España después de que el PSC desposeyera al PSOE de esa condición hace ya bastante tiempo. Incluso algo más nacional, con la inmediata formación de un PP navarro, la otra consecuencia de esta crisis.
Otra cosa es que un único partido nacional sea suficiente para hacer frente a la enfermedad que está corrompiendo nuestro sistema autonómico. Se llama regionalitis aguda y causa estragos. No hay más que ver el estado en el que ha dejado a un hombre sensato y razonable como Miguel Sanz que dice que los presupuestos del Gobierno son malos pero, no obstante, hay que ayudar al PSOE a aprobarlos. Y lo hace mientras el PSOE apunta con una moción de censura en su sien y a la vista de todos los ciudadanos españoles.
Sólo la invasión de la regionalitis en el cuerpo autonómico explica que un chantaje tan burdo como éste pueda ser eficaz. O que un partido como UPN pueda confundir sus intereses inmediatos, mantener el poder, con los intereses de Navarra. Que poco tienen que ver, entre otras cosas porque los intereses de los votantes de UPN son muy diferentes a los intereses del PSOE. Pactar con los nacionalistas navarros, entre otras cosas, o extender la locura lingüística vasca y catalana también a Navarra. Amén de mantener el Gobierno con la extrema izquierda catalana, hacer una ley de plazos para el aborto, etc. etc. Muy en la línea de los intereses navarros, según Sanz.
La mala noticia para la derecha española y para el PSOE postzapateril que recupere su vocación nacional es que esta regionalitis aguda que ha atacado a Sanz ha infectado ya una buena parte del sistema político. A la UPN de Sanz y a muchos ciudadanos españoles. Que están en lo mismo que el presidente navarro. A mí lo mío y los demás que se las arreglen. Le llamamos identidad, los intereses de mi región, o lo que haga falta. Y hasta te votan los no infectados, aunque sólo sea porque no se les quede cara de idiotas.
Edurne Uriarte, 11/10/2008