Santiago González, EL MUNDO, 17/9/12
El portavoz abertzale Otegi ha escrito un libro en el que pide perdón muy tasado a las víctimas de ETA. Lleva por título ‘El tiempo de las luces’ y está planteado en formato de entrevista con Fermín Munarriz. He aquí tres párrafos seleccionados:
“La izquierda abertzale ha reconocido el dolor causado, y yo quiero ir más allá y decir que si [No veo yo la razón para ello, las cosas como son, pero hay gente muy susceptible entre las víctimas del terrorismo, personas que tienen todo mi respeto, eh, pero que no saben aguantar una broma y que se mosqueaban cuando nuestra gente les llamaba por teléfono algunos días después de las ekintzas para decirle: «devuélvenos la bala; la necesitamos»] en mi condición de portavoz he añadido un ápice de dolor, sufrimiento o humillación a las familias de las víctimas de las acciones armadas de ETA, quiero pedirles desde aquí mis más sinceras disculpas, acompañadas de un ‘lo siento’ de corazón”. [Si se ha faltado se piden disculpas y ya está].
Más adelante explica sus razones. Él ha sido terrorista, sí, pero fue en un tiempo muy especial:
“Yo he sido militante de ETA, he practicado la lucha armada durante el franquismo y, por lo tanto, he entendido que existen circunstancias políticas o sociales excepcionales (…) No soy hipócrita en eso (…) [Bueno, un poquito sí, porque en realidad yo seguía perpetrando ‘ekintzas’ en la España constitucional. Por ejemplo, en febrero de 1979, secuestré al director de Michelin en Vitoria, Luis Abaitua. En 1982 me negué a participar en el abandono del terrorismo que mis compañeros polimilis habían negociado con Rosón a través de Juan Mari Bandrés, dando paso a ETA VIII Asamblea. En 1984 participé en la integración de ésta en ETA militar. En 1987 fui detenido en Francia como miembro de ETA, condenado a seis años por mi participación en el secuestro de Abaitua, para ser puesto en libertad en 1990]. Si hoy alguien me pidiera consejo sobre qué vías de lucha utilizar en cualesquiera circunstancias, le diría con claridad que las vías de lucha pacífica y desobediente, tanto por cuestiones éticas como políticas”. [Claro que en realidad, nosotros sostenemos que el franquismo es un régimen del que no hemos salido todavía y eso explica que yo no pidiera disculpas a Patxi López después del fallecimiento de Fernando Buesa. No sé si me explico…]
Sobre los presos de la organización terrorista ETA dice lo siguiente:
“Siento un enorme respeto por cuanto que su propia existencia y sacrificio, y su aportación, adquieren todavía mayor valor en una coyuntura histórica en la que los valores que predominan son el individualismo y la insolidaridad. Es en esta coyuntura en la que centenares de hombres y mujeres han sacrificado y siguen sacrificando literalmente su vida, no sólo para alcanzar una solución justa al conflicto, sino para construir una sociedad justa para todos. Esta actitud merece el mayor de los respetos”. [Eso, en general. Yendo a lo concreto, hay casos que merecen una consideración especial. Un suponer, el Boli. Yo me declaré en huelga simbólica de hambre, además de por lo apuntado más arriba, como un homenaje de de admiración. Yo que sé lo que es un secuestro, tengo que rendir tributo al artista de la especialidad, creo que lo entenderá cualquiera, ¿no?]
El lehendakari López, véanse el titular y el subtítulo, viene a decir que han tardado veinte años -¿por qué veinte años y no treinta o cuarenta?- pero que, en fin, más vale tarde y ahora sí, están empezando a hacer lo que deben. Es lo que hay, queridos y queridas.
Santiago González, EL MUNDO, 17/9/12