K. DOMINGUEZ | E. LÓPEZ
Javier Gómez Calvo había negociado un acuerdo de cara al 10-N con los populares, movimiento que la dirección nacional descarta
La respuesta de la dirección nacional, en cambio, fue la de rechazar de plano cualquier convergencia con el PP y prescindir de Gómez Calvo como uno de los principales dirigentes en el País Vasco. «Es evidente que discrepamos de la estrategia a seguir. La nuestra es completamente diferente a la de la dirección nacional. Nosotros defendemos que aquí hay más cosas que nos unen de las que nos separan con el PP y queríamos intentar una vía de confluencia», explicó anoche el propio Gómez Calvo a este periódico.
Según su versión, a finales de agosto comenzó a recabar la opinión de cargos y afiliados de Cs Euskadi sobre la línea a seguir en caso de repetición electoral. El «sentir mayoritario» del partido apuntaba a buscar un entendimiento con los populares para formar una alianza electoral y evitar, por ejemplo, que la «desunión del centro derecha permitiera a EH Bildu lograr de nuevo un escaño por Álava». «No he actuado por mi cuenta, ni con secretismos. Trasladé a Madrid todo esto pero la dirección no nos hizo caso y nos respondió con evasivas», asegura.
Trasvasar afiliados
Fuentes del PP vasco confirmaron a EL CORREO estos contactos y desvelaron que las negociaciones para sellar una coalición electoral tipo ‘Euskadi Suma’ estaban muy avanzadas. De hecho, Alfonso Alonso habría consultado estos movimientos con Pablo Casado, y el presidente del PP habría dado el visto bueno a la operación. Gómez Calvo, por su parte, matizó que habían pactado un «acuerdo de entendimiento», un «decálogo» con las «bases del acuerdo». Un «documento de mínimos» que había trasladado a la dirección nacional y que finalmente habría provocado su destitución. «Han perdido la confianza en mí, pero de momento yo sigo en el partido. Eso es lo que he hablado con Fran Hervías (secretario de Organización Nacional)», explicó
Desde el equipo de Albert Rivera, en cambio, ayer se aseguraba que la decisión de prescindir de Gómez Calvo venía motivada por su intento de trasvasar afiliados de su formación al PP. Al parecer, varios militantes vascos habrían advertido a la dirección nacional del comportamiento del ‘número dos’ en Euskadi, que estaba tratando de «convencerles de que el 10-N votaran al PP». «Como secretario de Organización, Gómez Calvo tenía acceso a la lista de los militantes de nuestro partido y nos consta que incluso mantuvo conversaciones con personas del PP en Euskadi con el fin de llevarse a nuestros afiliados», desvelaron portavoces del partido en Madrid, que insistieron en la veracidad de esos testimonios.
El ex ‘número dos’ de Cs Euskadi negó de forma categórica estas acusaciones y argumentó que no ha sido expulsado del partido, sino sólo destituido de uno de sus cargos. «Son discrepancias sobre el rumbo que debe seguir el partido. Yo defiendo pactar con el PP como hicimos en Navarra y ellos no», insistió, al tiempo que advirtió de que los próximos días «seguirá trabajando» para lograr que Madrid cambie de opinión –el plazo para presentar las coaliciones electorales de cara al 10-N finaliza este domingo–.