Rosa Díez: «En un país decente a las víctimas las acompañaría la gente, no la Policía»

Entrevista a ROSA DÍEZ, EL CORREO 12/01/14

Rosa Díez
Rosa Díez

· «La marcha historia de los se presos repite: con ETA fuerte, el PNV se modera, con ETA débil el PNV se radicaliza»

· Última operación policial «Que PNV y PSE critiquen las detenciones me lleva a pensar que quieren la paz de los cementerios»

· El desafío catalán «No hay riesgo de que se nos caiga un trozo del mapa, lo que me preocupa es la división ciudadana»

· La institución monárquica «La abdicación no resuelve el problema de fondo. Lo que hay que hacer es adecuarla al siglo XXI»

· La dirigente vizcaína considera que, al convocar la marcha con Sortu, el PNV demuestra su «laxitud moral»: «Entre la legalidad y la ‘familia’, elige a la ‘familia’»

 

La diputada y líder de UPyD, Rosa Díez, en ascenso en todas las encuestas por la indudable crisis de los partidos tradicionales, es sumamente crítica con el enfoque que las fuerzas mayoritarias vascas, esencialmente PNV y PSE, están dando a la consolidación de la paz más de dos años después del cese de la violencia de ETA. Una paz lograda «sin que los terroristas paguen por sus crímenes», dice, sería «la paz de los cementerios».

– ¿La convocatoria conjunta de PNV y Sortu de la manifestación por los presos prohibida por el juez es un punto de inflexión?

– La historia se repite: cuando ETA está fuerte, el PNV se modera; cuando ETA esta débil, el PNV se radicaliza y actúa como servicio auxiliar. Que el partido que gobierna Euskadi salga a convocar una manifestación que hasta ayer mismo ni siquiera apoyaba es un clarísimo ejemplo. Sortu y todo el entramado que apoya un final de ETA sin vencedores ni vencidos, con impunidad para los asesinos, ha impuesto su estrategia a un PNV más preocupado por disputarles el espacio electoral que por la dignidad y la justicia.

– ¿Le ha sorprendido la reacción del PNV?

– Ha vuelto a demostrar su laxitud moral y que cuando ha de elegir entre la legalidad y la ‘familia’ siempre elige la ‘familia’.

– Para los jeltzales las prohibiciones y operaciones policiales «van contra los deseos de paz» de la sociedad.

– La paz no es dejar a los delincuentes en paz, sino ponerles a disposición de la justicia. Lo demás es amnistía. El PNV y el PSE se han sumado a criticar las detenciones porque dicen que pone en riesgo la paz. Eso me lleva a pensar que la paz que quieren ellos construir no es la paz democrática, es la paz de los cementerios.

– «ETA estará derrotada cuando legitimar su historia sea delito», ha dicho. Dos años y medio después del cese definitivo de la violencia, ¿acaso la banda no ha perdido aún la batalla?

– No está ni derrotada ni desaparecida. Lo que nos ha dicho es que no nos va a matar. Sigue viva y operativa, tiene alguna capacidad y voluntad de seguir controlando nuestras vidas y así lo demuestran las últimas detenciones. El objetivo debe ser terminar con los totalitarismos, no conformarnos con que los totalitarios nos hayan declarado una tregua, la llamen como la llamen.

– ¿En Euskadi se vive ya en paz?

– El objetivo nunca fue la paz, es la libertad. Falta terminar con ETA. En Alemania el fascismo está condenado penalmente y prohibido porque allí no sólo juzgaron a los criminales sino también su historia. A nadie se le ocurriría pensar que el asesino de las niñas de Alcasser pudiera convocar a todos los pederastas que estén ya en libertad para una rueda de prensa. Y a nadie se le ocurriría pensar que, ante esa foto, hubiera políticos y periodistas que se mostraran comprensivos.

– Pero la izquierda abertzale tiene un peso social. ¿Cómo se garantiza la convivencia?

– Claro que están en la sociedad, claro que hay ciudadanos que votan a los testaferros de ETA, pero quienes pensamos que el fin del totalitarismo pasa por la disolución de la organización terrorista y el reconocimiento de toda su historia de terror tenemos que seguir insistiendo en eso, porque, si no, no será una convivencia, será sencillamente que nos han hecho callar a los demócratas. La convivencia no es que una víctima no pueda salir a la calle.

– ¿Se refiere a los insultos que recibieron miembros de la AVT en su periplo por municipios vascos?

– Eso y más. Usted sabe que hay determinados lugares de Euskadi donde son las víctimas las que bajan la cabeza, las que no pueden andar por la calle con tranquilidad, mientras los verdugos y sus servicios auxiliares se jalean entre ellos. Que los terroristas no paguen por sus actos, que puedan organizar reuniones como la de Durango, no es construir la convivencia. Desde luego yo no quiero dejar esa sociedad a mis hijos.

– ¿Cree que los grandes partidos y las instituciones no amparan suficientemente a las víctimas?

– Creo que las víctimas se sienten socialmente desamparadas, no sólo por los partidos. Una sociedad decente no toleraría lo que ocurrió cuando estuvieron por Euskadi hace quince días. No tendría que acompañarles la Policía, les acompañaría la gente. La sociedad vive hoy mejor, en términos de democracia y libertad, gracias a que las víctimas expusieron su vida. Y esa sociedad no sale a la calle a acompañarlas. Hay gente insultándoles en las aceras y es la Policía la que tiene que evitar males mayores. Las víctimas se sienten absolutamente solas en términos sociales, frente a discursos legitimatorios permanentes. Ayer escuchaba a un diputado nacional de IU llamarles ultras. ¿O sea que ETA ha asesinado a más de 800 ultras? Es doloroso e impropio de una sociedad democrática que no reconozca lo que les debe a las víctimas. Eso no pasaría en ningún país de nuestro entorno.

«No mirar a otro lado»

– La sociedad se acostumbra rápido a vivir sin atentados.

– Por eso es necesario hacer pedagogía democrática, para ser más decentes, para poder mirar a la cara a nuestros nietos cuando nos pregunten, y decirles ‘yo no mire para otro lado, ni cuando nos mataban ni cuando intentaron convencernos de que ellos eran los mártires’.

– ¿No aprecia ningún cambio cualitativo en el hecho de que el colectivo oficial de presos de ETA reconozca el daño causado?

– Es que yo me he leído el comunicado entero, igual que usted, y cuando hablan de ‘daño multilateral’ me están insultando. No podemos bajar la guardia en términos democráticos. ETA no muestra signos de querer desaparecer.

– ¿No cree entonces que el fin de ETA no tiene vuelta atrás?

– Yo sé que ETA va a desaparecer y yo lo voy a ver, no tengo ninguna duda. No me conformo con menos. Nunca será por su propia voluntad sino porque haya hecho la reflexión de que no tiene más que ganar si sigue existiendo. Mientras alguien les siga justificando su historia seguirán existiendo porque les será rentable.

– Frente al desafío de Artur Mas en Cataluña, ¿qué le parece la ‘vía vasca’ de explorar una reforma estatutaria en una ponencia parlamentaria, en la que, por cierto, también estará UPyD?

– Debatir sobre reformas estatutarias en sede parlamentaria es lo propio, aunque me temo, por lo que ha dicho Urkullu, que no nos vamos a poner de acuerdo. Pero si las cosas se hacen desde el respeto a las reglas del juego, claro que estaremos.

– ¿Le inspira más confianza Urkullu que Ibarretxe?

– No se trata de confianza. Mientras siga las reglas de juego, a mí siempre me parecerá un gobernante respetable. Cambiar las leyes tiene reglas y hay que hacerlo de acuerdo con las reglas. Mientras todos respetemos el orden constitucional todo estará bien.

– Sin embargo, es previsible que UPyD, que considera el Concierto un privilegio, no esté de acuerdo con ninguna reforma encaminada a profundizar en el autogobierno.

– El grado de autogobierno de Euskadi está quince puntos por encima del estado federal más descentralizado que hay en Europa. En un momento en el que la construcción europea pretende que los Estados cedan competencias para que haya una verdadera unión federal y política, no tiene recorrido pretender más descentralización. Porque más descentralización es la independencia, no hay más margen. Todos sabemos que el Concierto y el Cupo son un privilegio porque no podrían aplicarse, matemáticamente, a todos los españoles. Eso hay que revisarlo y corregirlo con tranquilidad.

– ¿Ve un avance que el PNV diga ahora que cualquier reforma del autogobierno necesita contar con al menos una de las sensibilidades no nacionalistas? – Cualquier reforma necesita el consenso amplio de la sociedad, no se trata de nacionalistas o no nacionalistas, de izquierdas o de derechas. Se trata de lograr un modelo que sea mejor para todos.

– ¿Ve algo positivo en que se hayan recuperado los pactos transversales, de los que usted fue protagonista en primera persona, entre PSE y PNV? – No sé lo que va a dar de sí, pero a mí siempre me parece bien que haya acuerdos como principio general. Pero el mismo día que firmaba el PSE decía que iba a hacer oposición.

– ¿Ve en riesgo la unidad de España?

– En términos de que se nos caiga un trozo del mapa, no. Lo que sí me preocupa es la enorme división entre ciudadanos, que es una realidad. Hay enfrentamiento entre ciudadanos catalanes y de los catalanes con los del resto de España. Esa ruptura del espíritu de ciudadanía es la que me preocupa.

– Si usted estuviera en el lugar de Mariano Rajoy, ¿qué solución daría a la cuestión catalana?

– Falta un discurso alternativo al nacionalista, no emocional sino racional, que aporte argumentos frente a las soflamas. Lo que ha faltado en España es lo que ha hecho el Gobierno británico, que ha abierto una página web para volcar argumentos en contra de la secesión de Escocia.

– Pero usted se ha declarado partidaria de recuperar la reforma del Código Penal que castigaba con cárcel la convocatoria ilegal de referendos. No se parece precisamente a la vía escocesa.

– Sí, así lo he planteado. Pero es que la ley en Reino Unido permite un referéndum de independencia. Aquí también podría haberlo, claro, pero si lo convocase el Rey y votásemos todos los españoles. O eso o cambiamos la Constitución, pero de acuerdo con las normas.

Entrevista a ROSA DÍEZ, EL CORREO 12/01/14