EL MUNDO 16/09/13
· Los acusa de haber provocado «una crisis territorial» por su «falta de diálogo».
Alemania y Austria, he aquí el modelo de país federal que quiere el PSOE que sea España en un futuro, todo sea por poner solución al encaje de Cataluña, una comunidad autónoma que pide acudir en 2014 a las urnas para tomar una decisión popular sobre su devenir. Alfredo Pérez Rubalcaba lo tiene claro, al menos ésa fue la impresión que trató de dar en la pineda de la localidad barcelonesa de Gavà, donde cada año los socialistas catalanes dan por iniciado el nuevo curso político. Para el secretario general del PSOE, Mariano Rajoy y Artur Mas deben abrazar cuanto antes la vía federalista: es la única ayuda que ambos presidentes puedan dar a España ahora, meses después de haber provocado «una crisis territorial» por su «falta de diálogo».
Un cielo cerrado esperaba en las afueras de Barcelona la visita del máximo dirigente del principal partido opositor al Gobierno, pero la lluvia sólo empezó a caer al término de un preparado y largo discurso que no incluía los términos «consulta» o «derecho a decidir», dos de los más usados en Cataluña en lo que va de año. Rubalcaba fue jaleado por unos 15.000 militantes, llegados en autocares fletados por el PSC desde diferentes poblaciones, sobre todo del llamado cinturón rojo metropolitano de Barcelona, el antiguo vivero de votos socialistas que aupó a José Luis Rodríguez Zapatero en 2007 y que hoy languidece a la vez que los resultados electorales del propio partido. Ante viejos seguidores de Felipe González o Alfonso Guerra, Rubalcaba estaba en su salsa: «Hace meses, le dije a Rajoy que la crisis territorial era un problema tan serio que el tiempo no lo iba a reparar, sino que lo iba a envenenar. Es puro veneno, es algo tóxico para nuestra democracia», espetó, ganándose el aplauso de la muchedumbre.
Una vez leída y analizada la carta enviada el pasado sábado por el presidente español al catalán, en relación a la petición de la Generalitat de convocar una consulta soberanista, Rubalcaba entendió a la perfección qué esperaba el público de él: estopa, a diestro y siniestro, para Rajoy y Mas. «Todo lo que han hecho en un año es enviarse dos cartas, y la segunda viene con la dirección equivocada», enfatizó el jefe de los socialistas, quien criticó la falta de comunicación de los dos gobernantes y abogó por sacar el manual de las negociaciones de altos visos. «Cuando uno quiere arreglar un grave problema de convivencia, lo que debe hacer es sentarse, no minimizarlo; debe analizarlo y cambiar lo que haga falta. Es decir, Rajoy debe cambiar la Constitución española», recomendó Rubalcaba, partidario de que tanto Rajoy como Mas se «liberen de los extremos» y acepten abrazar el federalismo que, al modo de los Länder alemanes, defienden PSOE y PSC.
Mientras que a Mariano Rajoy le avisó de que «el inmovilismo ya no es la solución», a Mas le advirtió de que sus piruetas independentistas le hacen transitar hoy por «un callejón sin salida». Un grupo de cuatro asistentes jóvenes le espoleó entonces al grito de «¡República federal!», pero Rubalcaba no dijo ni pío sobre la Monarquía, esquivando así salir al paso de la bizarra petición del líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro, quien, en su particular predilección por la Casa Real, sugiere que sea la Corona la que arbitre el conflicto entre la Generalitat y el Gobierno.
Rubalcaba admitió que entre Cataluña y España «hay problemas de convivencia que no son sencillos, sino de fondo, profundos, y exigen una seria revisión». El líder socialista defendió que «los ciudadanos tienen derecho a que todos los partidos pongan sobre la mesa sus respectivos modelos». Criticó que «a Rajoy y a Mas, les dicen a uno ‘vámonos ya’ y al otro ‘no hagas nada’; pues bien, yo les digo que acudan al federalismo de los socialistas catalanes y españoles».
EL MUNDO 16/09/13