Estoy que va encima es la expresión de la noticia. La aporta El Correo, pero es análoga en cualquier otro periódico nacional. Justo al revés que ayer cuando todos los periódicos de España anunciaban que el presidente de la FEF dimitiría por el beso que estampó a Jenny Hermoso. Él dice que consentido: «¿Hace un piquito?»»Vale», respondió ella. Y entonces él le sujetó la cabeza entre las palmas de las manos y la m arreó. No fue un poquito, sino un morreo.Luego le soltó una palmada hacia las nalgas. En un beso consentido, la parte que lleva la iniciativa acerca la boca hacia de la otra parte contratante y ésta le ofrece sus labios. El agarrar la cabeza es otro concepto. Por poner un ejemplo: Un pico (o un beso consentido) fue el que se dieron en el hemiciclo Pablo Iglesias y Xavier Domenech. Esto, como digo, era otra cosa.

Las discapacitadas de Igualdad y sus adláteres, ( Echeminga y Yolanda Díaz) hablan de agresión sexual. Quizá sea excesivo, pero es evidente que hay abuso, porque la parte actuante era el superior jerárquico del sujeto paciente y eso debería bastar para su destitución. No deja de ser llamativo que en el triunfo mayor de la selección femenina de fútbol, la gesta mayor del feminismo en el deporte, elmpresidente de leña Federación se agarre el paquete como Bardem en el cartel de «Huevos de oro» y felicite al entrenador de las chicas, también macho: «Olé tus huevos». Por otra parte, mientras España, con Monteo y Besara a la cabeza, se escandaliza por el beso no solicitado, uno de los beneficiarios de la leySisí. Manuel R. C. excarcelado tras acogerse a la ley Montero, condenado por violar a una mujer a la que, además, dejó tuerta, aprovechó la libertad para volver a las andadas e intentar violar a otra mujer a la que golpeó con un palo, en Dos Hermanas.

Sin embargo, queridos y queridas, debemos mirar las cosas desde el punto de vista más positivo. El todavía presidente Rubiales es un ejemplo de resiliencia solamente comparable al del presidente del Gobierno, que tampoco dimite por ninguna de las trapacerías en que ha incurrido desde el plagio de su tesis y el recurso a que en Alemania cuando a un ministro se le pilla por haber copiado la tesis doctoral se le obliga a dimitir. Y todo lo demás. Rubiales es un campeón del sanchismo. Tiene un físico que me r ecuerda a una entrevista que le hicieron el televisión a Manuel Vicent. El entrevistador le preguntó: «¿No le han dicho alguna vez que tiene cabeza de pene?» Vicent no se amilanó ó y respondió: «O sea, ¿que usted cree que puedo ligar por la cara?»

En este asunto ha tenido su momento de gloria el periodismo español. Ni uno solo de los medios que ayer anunciaban la inminente dimisión de Rubiales ha reconocido haberse equivocado. Aquí van algunas muestras del anuncio: