En su primera entrevista tras el alto el fuego, el dirigente de la izquierda abertzale insiste en que la apuesta de ésta por las vías políticas es irreversible: «Tengo la convicción de que el accionar armado de ETA se ha acabado». «El Gobierno debe hacer una política de Estado para la resolución del conflicto que englobe también al PP», declara.
En su primera entrevista tras el alto el fuego «permanente y verificable», el dirigente de la ilegalizada izquierda abertzale Rufi Etxeberria insiste en que la apuesta de ese movimiento por las vías políticas es irreversible. «Tengo la convicción de que el accionar armado de ETA se ha acabado», declara en una larga conversación, que hoy publica El Diario Vasco . «Las decisiones sobre la lucha armada las tiene que adoptar ETA -prosigue-, pero las decisiones que está adoptando ETA y los compromisos que está adquiriendo entendemos que nos sitúan en un contexto político en el que ya no vamos a vivir más episodios de lucha armada».
Según Etxeberria, la izquierda abertzale no contempla la posibilidad de que la organización retorne a las acciones ofensivas. No obstante, aclara que si se diera esa situación, «entendemos que es totalmente incompatible la lucha armada con la estrategia independentista futura. Rechazaríamos cualquier expresión de violencia». También invita al Gobierno central a desarrollar «una política de Estado para la resolución del conflicto que también englobe al PP». A su modo de ver, la formación popular «debería ser parte porque representa a un sector de la realidad vasca muy importante».
Etxeberria asegura que «no situamos el final de ETA como la consecución de una contrapartida política». Y de acuerdo con su interpretación, lo que afirma la banda «es que esa vertiente política la tienen que resolver los agentes políticos». ETA, agrega, «no marca ningún interés de tutela ni condiciona el final de la lucha armada a la resolución de las causas del conflicto».
El exdirigente de Batasuna asegura que carece de «datos internos» sobre la organización terrorista, pero entiende que ésta «se está guiando por las resoluciones del debate de la izquierda abertzale, que no tienen parangón en la historia». El hecho de que ETA «se haya tomado tantos meses significa que ha desarrollado un debate interno, probablemente en profundidad, que ha traído una decisión de la que sólo se puede extraer que lo ha hecho de una manera cohesionada».
Etxeberria reitera que en la coalición ilegalizada «no contemplamos a futuro rebrotes del accionar armado». «Ahora bien -continúa-, en el caso de que se dieran, como ustedes preguntan, respondemos que en las resoluciones tomadas en el proceso de debate interno se ha considerado que es incompatible la estrategia independentista con la lucha armada».
Subraya que de esos documentos (el debate interno) se puede deducir que «la posición política de las bases de la izquierda abertzale» es «que la estrategia político militar de ETA debe llegar a su fin y ser sustituida, única y exclusivamente, por una estrategia política que defiende la vía independentista». Admite, en cualquier caso, que «tenemos que ganar la guerra de la credibilidad ante la sociedad vasca».
El «método de Anoeta»
Para Etxeberria, «el método de Anoeta» continúa siendo válido. «Ha sido el que más nos ha acercado a la solución». Pero hace votos para no cometer «los errores del pasado» y reparte culpas. En su opinión, el PSOE «no contó con el PP ni otros estamentos ni supo navegar ante la adversidad». Igualmente, la izquierda abertzale «no supo dar continuidad a un proceso que había dado avances considerables». «En 2004 se entendió que el proceso negociador nos iba a llegar al cambio político. Pero no nos llevó, y en el último debate se ha concluido que había que activar otra estrategia».
El portavoz de Batasuna confirma que en las próximas semanas será presentada la formación que sustituirá a Batasuna, si bien «todavía no tiene nombre». Ese partido, avanza, «rechazará cualquier expresión de violencia que se pueda dar». Incluso aunque se produjera «cualquier expresión violenta y la autora fuera ETA, el rechazo sería claro, nítido y sin ninguna duda». Sostiene que «los nuevos tiempos exigen que seamos legalizados», aunque, en caso contrario, «no vamos a intentar buscar recovecos para presentarnos a las elecciones que responden al pasado».
Etxeberria, que asegura que la izquierda abertzale «no ha tenido ni tiene ningún nivel de interlocución con el Gobierno», está convencido de que si el nuevo proyecto político no superase el examen, ETA no reanudaría los atentados «sin ningún genero de dudas». Las resoluciones de la organización, enfatiza, «van más allá del corto o medio plazo, del mantenimiento de la presión policial y las detenciones». Finalmente, en una confesión más personal, dice que no se arrepiente de su trayectoria. «Me siento bastante satisfecho y orgulloso, con aciertos y errores».
EL CORREO, 23/1/2011