EL CORREO 20/04/13
· «La histérica me ha descrito muy bien»
· La activista se queja en la carta de que la Policía francesa le acusa de «todo» y se jacta de que no han encontrado el coche robado a la rehén
Saioa Sánchez Iturregi, ‘Ihintza’, presunta coautora de los asesinatos de Capbreton, comunicó a la dirección de ETA desde la cárcel que la Policía francesa tenía pruebas de su implicación en los hechos y que la mujer tomada como rehén por el comando en su huida la había descrito muy bien. La autocrítica, hallada meses después en Burdeos, fue leída ayer en el juicio ante el Tribunal Especial de lo Criminal de París, que tiene previsto dictar sentencia el próximo jueves.
«Hola camaradas. Soy ‘Ihintza’», comienza el texto. «Han pasado tres semanas desde nuestra detención», escribe en alusión a su arresto en compañía de Asier Bengoa, ‘Pagadi’, el 5 de diciembre de 2007. «Como me encuentro en aislamiento (penitenciario) este informe será técnico. A causa del riesgo de caída sólo voy a hablar de lo que los policías ya saben. No saben nada de lo que no figura aquí, de lo que concierne a nuestro trabajo; por tanto no voy a dar explicaciones sobre las decisiones tomadas y sobre los desplazamientos de aquellos días, sería demasiado largo», añade según la traducción libre del euskera realizada por los investigadores.
El relato se centra en la narración cronológica de la huida junto a Bengoa. Pero ofrece datos sobre el vacío temporal existente en la investigación entre los disparos a los guardias civiles el 1 de diciembre y la reaparición del rastro de los fugitivos el día 3 al intentar robar un ‘Golf ’ a punta de pistola.
Así cuenta que el día 2 se cruzaron dos veces con vehículos de la Gendarmería: primero por la tarde en el pueblo donde comieron en un kebab con un tal ‘Estanos’ y luego, a eso de las once de la noche, en Requista. Esta localidad está situada a 350 kilómetros al este de Saucats (Gironda), donde el día 1 habían abandonado a la rehén atada a un árbol. La acusación cree que ‘Estanos’ puede ser Mikel Karrera, ‘Ata’, considerado el tercer miembro del comando agresor.
Tras explicar la tentativa de robo del coche del día 3, confiesa que entonces pensaron en «ir a ver a ‘Estanos’ para ir a buscar el ‘Komodín’», otro alias no identificado. El día 4 acudieron a una cita clandestina con el objetivo de reunirse con un tal ‘Ontza’, también sin identificar, pero no estaba presente. Los investigadores suponen que Bengoa iba a quedarse con ‘Estanos’ y ‘Ontza’ mientras que Sánchez iría a buscar a ‘Komodín’.
‘Ihintza’ informa a la dirección de ETA de que la Policía le acusaba de «todo»: «La acción de Capbreton, el secuestro de la histérica (en referencia a la rehén) y el robo de su coche, el robo del Clío, la casa de Toulouse (piso franco del comando), las armas…». Sobre el atentado, observa que «de momento no tienen pruebas, huellas… nada». «Tienen la descripción pero sobre todo de la ropa y no física. No han encontrado el coche de la histérica (307 SW). Me ha descrito muy bien, la ropa, los pendientes, las uñas esmaltadas, son pruebas. En nuestro 307 HDI, los medicamentos para los ojos, el paquete de tabaco inglés, el mechero, el cepillo de dientes del camarada», escribe en alusión a ese artículo de aseo en el que fue detectado el ADN de Bengoa.
Dinero escondido
Tras opinar que el conjunto de las pruebas le parecía «muy fiable», tranquilizaba a sus interlocutores con la apostilla: «Que sepáis que no tienen mucha idea». La autocrítica, denominada ‘kantada’ en la jerga interna, finaliza con una referencia al dinero que escondió en un lugar desconocido en dos partes, de 2.000 y 1.000 euros, con «la placa de Ontza».
El capitán de la Policía antiterrorista Emmanuel Layec declaró como testigo que la atribución del alias de ‘Ihintza’ a Sánchez no ofrecía dudas. Explicó que la ‘kantada’ había sido descubierta el 20 de mayo de 2008 en el piso de Burdeos que servía de cuartel general al aparato político de ETA dirigido por Xabier López Peña, ‘Thierry’. «Los encargados del tratamiento informático de los archivos habían puesto al lado del apodo el nombre de Saioa Sánchez», reveló el policía. Pero se mostró incapaz de explicar cómo había podido burlar los controles carcelarios un documento redactado por una presa que encima se encontraba en aislamiento penitenciario.