Salto atrás

ABC 19/04/17
JOSÉ MARÍA CARRASCAL

· Si algo ha mostrado el referéndum es que Turquía está partida por la mitad

TODAVÍA no sabemos si Turquía ha dado un salto hacia delante o hacia atrás, pero todo apunta que hacia atrás. Pues aunque el resultado del referéndum del domingo fue por la mínima y ha estado envuelto en todo tipo de manipulaciones, no creo que se invalide el resultado. Está cada vez más claro que ese referéndum ha sido la meta de un plan tan meticuloso como maquiavélico que se inició con aquel alzamiento militar –¿fue real o cayeron en una trampa?–, descabezado la misma noche, que permitió a Erdogan hacer una limpieza a fondo de opositores, con la cúpula militar purgada, 120.000 funcionarios en la calle y el 95 por ciento de los medios de comunicación controlados por el gobierno. Alguien que se ha molestado en tomar todas estas precauciones no va a volverse atrás por haber obtenido un resultado bastante menor que el esperado y unos observadores internacionales digan que la votación no cumplió los requisitos democráticos. La democracia turca era ya una democracia condicionada y lo será cada vez más después de haberse cambiado artículos clave de la Constitución y de que el presidente asuma también las funciones del jefe de gobierno, con poderes sobre el parlamento y los tribunales. Que era y es la hoja de ruta de Erdogan.

El único obstáculo que puede encontrar es en la calle. Si algo ha mostrado el referéndum es que Turquía está partida por la mitad. Lo muestran también las fotos de sus ciudades, con jóvenes vestidos como en cualquier capital europea, mientras en los mítines gubernamentales todas las mujeres llevan el velo islámico. Es el salto a un siglo atrás, cuando Atatürk al frente de unos oficiales decidió separar iglesia y estado para modernizar su país. Erdogan busca desandarlo y cuenta con todos los instrumentos necesarios. Pero un salto de tal magnitud no es fácil sin un amplio consenso social, que no tiene, lo que anuncia confrontaciones que tendrá que reprimir. Los instrumentos los tiene, la capacidad dependerá de resistencia de la oposición.

Mal panorama para Turquía y para el Oeste. Turquía venía siendo la frontera con el polvorín del Oriente Medio y a las ansias expansionistas rusas. Sin ir más lejos, tiene la llave de los refugiados, con los que puede inundarnos. Otra mala señal es que los turcos en el extranjero, Alemania en especial, han votado mayoritariamente Sí en el referéndum. Lo que confirma que no se han asimilado ni les molesta un régimen autocrático. Y algo aún peor: que la democracia está en retroceso. Claro que no sólo en Turquía. También en Occidente, donde proliferan los partidos ultra de izquierda y derecha. Aunque habrá que preguntarse si lo que está proliferando es un rechazo a una mala democracia, asentada sólo en los derechos, no en los deberes, que descuida las responsabilidades de los políticos de los ciudadanos, y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Pero esa es otra cuestión, me dirán. ¿Están seguros de que no es la primera, la de siempre?