¡Salvar a Mas!

JOSÉ MARÍA CARRASCAL, ABC – 01/06/14

· El «problema catalán» tiene a estas alturas el aire cansino y familiar del timo de la estampita.

Es el grito que se escucha desde los círculos progresistas de Madrid al Círculo de Economía catalán. Hay que salvar al presidente de la Generalitat. Hay que hablar con él para buscar el encaje de Cataluña en España. Pero ¿cómo hablar con quien ni siquiera se ha dignado llamar al presidente del Gobierno después de anunciar su consulta soberanista? ¿Cómo se puede salvar a quien la única salida que ofrece es que se acepte el derecho de los catalanes a decidir una nueva configuración de España? ¿A eso le llaman negociar? Eso es extorsionar y nadie lo sabe mejor que los empresarios, pues se utiliza también en los negocios.

Que así vienen chantajeando desde hace años al Gobierno de España y a los propios catalanes es muy fácil de demostrar: imaginen que se aceptara la legitimidad de ese «derecho a decidir» que piden, ¿aceptarían ellos el derecho de aquellos catalanes que se sienten españoles de separarse del nuevo estado catalán que se formarse? ¿A que no? No, porque por ese camino hasta el barrio de Sants acabaría separándose de Barcelona, si no empieza a estarlo ya.

El «problema catalán» tiene a estas alturas el aire cansino y familiar del timo de la estampita. Cataluña forma parte de Hispania desde los romanos –recuerden la Tarraconensis–, fue luego parte del Reino de Aragón, tuvo su Parlament o Cortes, como las tuvieron otros reinos cristianos, que perdió con los Decretos de Nueva Planta, como Aragón y Valencia. Pero esos decretos dieron lugar a la expansión comercial e industrial de Cataluña, al desaparecer las aduanas interiores de España y autorizarse, algo más tarde, el comercio con las colonias americanas. Lean cualquier historia de Cataluña escrita por catalanes antes de 1977, la de Ferran Soldevila por ejemplo, y se enterarán.

Así que no nos vengan otra vez con lo del diálogo, pues lo único que quieren es que Rajoy les conceda lo que ningún presidente del Gobierno español puede conceder: que se viole la Constitución. Ya medio lo hizo Zapatero con aquel aciago «Os daré lo que me pidáis», cuyas extremidades gangrenosas tuvo que cortar el Tribunal Constitucional. Y si siguen insistiendo en ir por esa vía equivocada, que llegue el choque de trenes, hagan su consulta a la brava, y que Dios reparta suerte, que vamos a necesitarla todos. Especialmente ellos, fuera de España, de Europa y del euro.

No menos grave es que el PSOE sigue con su cantinela de reformar la Constitución para dar a España una estructura federal. Sin decirnos qué clase de federalismo –¿el alemán, el suizo, el canadiense?– ni explicarnos cómo conseguirán el consenso necesario para ello, que no existe. Como Mas, se han metido en un callejón sin salida y buscan desesperadamente ayuda para escapar. Pero nadie puede ayudarles porque ellos lo impiden con sus demandas ilegales o disparatadas. Solo rompiéndose la cabeza contra las paredes puede devolverles la razón, aunque no estoy muy seguro de ello.

JOSÉ MARÍA CARRASCAL, ABC – 01/06/14