ABC – 07/02/16
· Sigue viendo «mimbres» para un pacto, pero el veto de Podemos a Ciudadanos condiciona ya a otros socios como Izquierda Unida y PNV.
Ahora, cuando le acaba de arrebatar la investidura a Mariano Rajoy, Pedro Sánchez no está dispuesto a soltar la iniciativa política, y menos aún para dársela a Pablo Iglesias. Eso explica su «no» a vetar a Ciudadanos, como le exigió el líder de Podemos este viernes, y su acelerón a la entente con Albert Rivera; incluida la petición conjunta de comparecencia del presidente del Gobierno en el Congreso para consensuar la posición que llevará a la Cumbre de la UE sobre inmigración.
Iglesias está sorprendido por esa actitud de Sánchez hacia Podemos, el único socio que puede garantizarle La Moncloa, según confesó horas después de la cita del viernes. Era la primera reunión y pensaba que se había mostrado conciliador en las formas –«creo, de corazón, que a Pedro Sánchez le gustaría ser presidente de un gobierno de progreso»– pese a que le llevaba un ultimátum: el PSOE debe elegir ya entre su fomación o la de Rivera.
Cierto que Iglesias no dijo nada que no dijera antes el líder de Ciudadanos a la inversa –nunca votarán un gobierno en el que esté Podemos–, pero sus palabras, precedidas de otros gestos arrogantes hacia Sánchez, pusieron al candidato ante la terca realidad del gobierno de coalición o nada. Le obligaron a no descartar el verse compartiendo La Moncloa con el Pablo Iglesias vicepresidente «vigilante» y varios ministros de la formación morada. Eso, por no hablar del referéndum de autodeterminación para Cataluña y otras partes de España, o del «Ministerio de Plurinacionalidad».
Muchos en el PSOE, y no solo los barones más críticos –Susana Díaz, Guillermo Fernández Vara, Javier Lambán o Javier Fernández– ven ese escenario «inasumible»; por eso no dejan de instar a Sánchez a apostar por Ciudadanos para equilibrar la presencia de Podemos, o resignarse a elecciones. Pero, una vez aceptado el reto de intentar la investidura, no va a ser Pedro Sánchez quien dé por concluidas las negociaciones. Quiere que el electorado vea que la culpa del fracaso es de Podemos.
Su problema es que el ultimátum de Iglesias ha puesto en guardia a los otros socios, que también ven con reticencias a Ciudadanos. Formalmente, IU, PNV y Compromís siguen el juego a Sánchez, no le van a poner «vetos» como Podemos y acudirán a cuantas reuniones les cite el comité negociador socialista –Antonio Hernando, Jordi Sevilla, José Enrique Serrano, Rodolfo Ares, Meritxell Batet y María Luisa Carcedo empiezan este lunes– pero quieren que el PSOE decida porque no es sostenible.
Es lo que vino a decirle ayer a Sánchez el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, tras entrevistarse hora y media con él en el Congreso, acompañado por el portavoz en la Cámara Baja, Aitor
Esteban. Ortuzar bromeó diciendo que si consigue un tripartito con Podemos y C’s «le dan el Nobel de la política». Solo pidió que el acuerdo, el que sea, no choque con la «la agenda vasca» (nuevo estatus político y cambio en la política penitenciaria hacia los etarras). Si es así, Sánchez tendrá el voto de los seis diputados peneuvistas; eso sí, el grado de implicación «será proporcional» al cumplimiento de esa agenda y no darán «cheques en blanco».
Después, Sánchez compareció y dijo que es optimista pese a que «el momento es complejo y difícil», fundamentalmente por el no de Podemos a sentarse a negociar. Cree que entre los partidos «hay una voluntad para abandonar los vetos» y volvió a pedir a Podemos que reconsidere su postura porque sus votantes «no quieren otros cuatro años del PP». No admite el «veto» contra Ciudadanos porque «lo sustantivo es hablar de para qué y en función de eso con quién».
El PSOE trasladará el próximo lunes los contenidos programáticos que rigen el acuerdo para formar Gobierno solamente a los partidos con los que se ha reunido hasta ahora, excluyendo así al PP, a Democràcia i Llibertat, a ERC y a EH Bildu. Sánchez tiene previsto reunirse con Mariano Rajoy, pero quiere citarle en su terreno, el Congreso, y no ir a La Moncloa.
Bajar el IVA cultural al 10% De momento, mañana van a hacer público su documento de trabajo, que incluye siete ejes principales: la «justa» recuperación económica, la creación de empleo y un Estatuto de los Trabajadores, la lucha contra la desigualdad y un plan de emergencia así como un pacto educativo. También incluye el impulso por los derechos y libertades, la política exterior y la reforma constitucional para avanzar hacia un Estado federal.
Una de las medidas que quiere implementar Pedro Sánchez cuando llegue a La Moncloa, según explicó ayer, es bajar el actual IVA cultural del 21 al 10 por ciento, después de tres años de mucho sufrimiento en ese sector y con cierre de numerosas salas de cine, teatro y espacios culturales.
ABC – 07/02/16