Una tira de Quino daba cuenta de la zozobra de Miguelito en vísperas de ir por vez primera a la escuela. Su amiga Mafalda le tranquilizaba, diciéndole que ahora los maestros ya no pegaban a los niños. “¿Ahora son los niños los que pegan a los maestros?” preguntaba esperanzado. Cuando su amiga le respondía que tampoco era eso, Miguelito respondía: “Lo que me temía, en este país los cambios nunca son de fondo”.
Es España, sí, gracias al lawfare que han pactado Junts y el PSOE que llama ‘exiliado’ a un prófugo de la Justicia y convierte a los jueces que lo perseguían en justiciables. Jueces y fiscales lo rechazaron de manera unánime. Solo una excepción, la del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. ¿Cómo extrañarse de que el CGPJ le haya declarado no idóneo para el cargo?
El jueves fue un día aciago para el felón que detenta la condición de inquilino de La Moncloa. Le cayó encima la ley de Murphy y todo lo que le podía salir mal le salió mal. El Gobierno de los jueces negó el jueves su placet a García Ortiz después de la sentencia del Supremo que lo acusaba de ‘desviación de poder’ por ascender a Lola Puñales a los cielos de la carrera fiscal.
Como las desgracias nunca vienen solas, el Supremo anuló el nombramiento de Magdalena Valerio como presidenta del Consejo de Estado. Fue una buena diputada por Guadalajara, es verdad, pero eso no basta para considerarla “jurista de reconocido prestigio”, que es la cualidad que exige el cargo.
Donde caben dos, caben tres y el inútil mayor, primus inter pares que preside a las 22 acémilas sentadas en el Consejo de Ministros, volvió a repetir su zafio ataque a Israel en un masaje de esa periodista que ganó justa fama entrevistando al recién nombrado ministro del Interior, Fernando Grande; su mayor preocupación era preguntarle por sus preferencias sexuales. Era llover sobre mojado; después del atentado de Hamás en Jerusalén en el que fueron asesinadas tres personas, Pedro Sánchez manifestó dudas acerca de que Israel estuviese cumpliendo el Derecho Internacional. Naturalmente, Netanyahu ha llamado a consultas a su embajadora en Madrid y ha abroncado a la embajadora española en Tel Aviv. A ver cuando dan a conocer el contenido del móvil del chulángano y nos hacen un favor a todos.
No se paró ahí al desmentirse a sí mismo con la mayor desfachatez: «Lo que dije del muro es una invención del PP» y «no por repetir muchas veces la misma mentira se convierte en verdad». En la sesión de investidura. Con estas palabras: “El único muro eficaz contra las políticas de la ultraderecha en comunidades y ayuntamientos ha sido el gobierno de coalición progresista (…) señorías, nos toca elegir camino. O bien abrimos la puerta a ese movimiento (derecha y ultraderecha) o lo frenamos en seco, erigiendo un muro de democracia, de convivencia y de tolerancia”.
Aun sin conocer a Sánchez, un prudente Anaxágoras advertía en mi blog: “Si te engaña una vez la culpa es suya; si te engaña dos veces, la culpa es tuya. Si te engaña tres, la culpa es del PP”. Están en eso. El asunto es que se lo permitamos.