Sánchez encaja el caso Besteiro en pleno bloqueo político y con el PSOE mirando a Díaz

EL CONFIDENCIAL 13/03/16

· El camino se le tuerce al líder. Al parón negociador se suma el estallido del escándalo de corrupción que cerca al jefe del PSdeG. Justo ahora que crece la presión ambiental sobre la presidenta andaluza

Todo parecía ir sobre ruedas. Pedro Sánchez había retomado la iniciativa, se había situado en el centro político, había desplegado una completa agenda de reuniones, había multiplicado sus fotos y sus comparecencias públicas, había recibido el aval de la militancia. Había fallado la investidura, sí, pero había intentado descargar el mochuelo de la posibilidad de ir a nuevas elecciones el 26 de junio en Podemos, por haber «traicionado» a sus votantes. Y ¡zas! La imputación de José Ramón Gómez Besteiro, el secretario general del Partido dos Socialistas de Galicia (PSdeG). Renuncia casi automática a la candidatura a la Xunta. 

Pero no es el fin de la historia. Ni mucho menos. Para empezar, porque llovía sobre mojado, y Besteiro, uno de los barones más fieles del secretario general, ya estaba imputado por cuatro delitos por el caso O Garañón. Y no había anticipado que no sería cabeza de lista en las autonómicas de este año, levantando así un cortafuegos. Y para seguir, porque no es la única sombra que rodea a Sánchez en semanas cruciales en las que se dirimirá su suerte. La otra se llama Susana Díaz. La presidenta de la Junta de Andalucía. De nuevo circula su nombre porque se acerca la fecha en la que tendrá que decidir si el congreso federal que resuelva la cuestión del liderazgo del PSOE se mantiene -8 de mayo la elección del secretario general por voto de la militancia y 15 días después, el cónclave propiamente dicho- y porque personalides históricas del partido la empujan para que dé un paso adelante. Barones, cuadros y militantes la miran, a la espera de que despeje su futuro. Ella guarda silencio, aunque los suyos no descartan ningún escenario. Tampoco que aspire a conquistar la cúpula del PSOE. 

Que la jueza Pilar de Lara redoblase este viernes las sospechas sobre Gómez Besteiro, añadiendo a su nómina de presuntos delitos otros seis más por el caso Pulpo, que investiga supuestas adjudicaciones ilícitas a determinadas empresas y el pago de cuantiosas cantidades por parte de la Diputación de Lugo -que él presidió- a ayudas médicas y viajes. Diez delitos en total. Una carga que ya se hizo demasiado pesada como para que no pasara nada. Pasó. Besteiro reunió de urgencia a su ejecutiva el sábado por la tarde y comunicó posteriormente a los medios que renunciaba a la candidatura a la Xunta, aunque no dimitía como secretario general, una decisión que ya había ido avanzando la cúpula federal en las horas previas.


· «Mala noticia», una»china en el zapato» de Sánchez. Y también arrecia la polémica en un momento de debilidad organizativa y electoral del PSdeG

«Lo de Besteiro es la única china que tiene Pedro en su zapato. Esto tendría que haberse cortado antes. José Ramón debió haber renunciado antes. Es injusto, pero ya han pagado muchos justos por pecadores. A él también le toca», comenta una integrante de la ejecutiva federal, pesarosa por el desarrollo de los acontecimientos. Las críticas a la entendida como complacencia del líder con Besteiro eran más contundentes fuera de Ferraz.

Lo cierto es que el estallido del caso pilla a Sánchez en pleno bloqueo político y a las puertas de unas autonómicas en Galicia que podrían solaparse con las generales si estas se repiten el 26 de junio, lo que da menos margen de maniobra al partido. El PSdeG es una federación socialista más que falta de cohesión. Las sucesivas caídas electorales agudizaron su crisis y el relevo en 2013 del último candidato a la Xunta, Pachi Vázquez, por Gómez Besteiro no mejoró el clima ni los resultados. Al enfrentamiento con las distintas familias se añadió el éxito de las listas municipalistas impulsadas por Podemos en A Coruña, Santiago y Ferrol -Vigo se salvó de la quema y su alcalde, Abel Caballero, conquistó una rotunda mayoría absoluta- y el ‘sorpasso‘ de En Marea en votos en las generales. Entretanto, Besteiro, un tipo «afable» para los suyos pero «gris» y con escasas dotes de liderazgo para sus detractores, no lograba asentarse. 

La llave de las primarias
El jefe del PSdeG no será el número uno en unas gallegas que, como tarde, se celebrarán este otoño. Pero se reserva la llave del control de las primarias. Ya había hecho uso de ella el pasado 6 de marzo, en la reunión del comité nacional del partido, su máximo órgano de dirección entre congresos. Entonces propuso aplazar las primarias para elegir candidato a la Xunta a la espera de que se aclarase la gobernabilidad del Estado, decisión que respaldó el alcalde de Vigo. Era su último intento de zafarse de las garras de la jueza De Lara, confiando en que si estiraba los tiempos se podía liberar de la losa judicial de De Lara. No pudo ser. La magistrada le endosó otros seis delitos por el caso Pulpo. 

Distintos dirigentes del PSdeG consultados este sábado por El Confidencial advertían de que la presión interna para que Besteiro abandone la Secretaría General puede crecer en las próximas semanas. Es «demencial«, porque así «se coarta las de por sí difíciles posibilidades de que emerjan candidatos alternativos», indicaba un histórico del partido que ha estado hasta hace muy poco en la nave de mando. Y si no lo hace, lanzan sus críticos, es por su afán de «controlar» las primarias. En la ejecutiva gallega no niegan su voluntad de «pilotar» el proceso desde la cúspide del PSdeG, pero «también pesa sentirse ante una situación de injusticia», así que mantenerse en el puesto es «una forma de reivindicar su inocencia«. 

Algunos dirigentes creen que Besteiro debería dejar ya el liderazgo del partido. Los suyos defienden que es un modo de «reivindicar su inocencia»

¿Qué alternativas hay? No hay ninguno claro. Es prematuro, como coinciden todas las fuentes. Sí algunas certezas. Una, obvia, que el proceso estará muy condicionado por lo que ocurra en Madrid: si Sánchez logra o no formar Gobierno, si es relevado en el PSOE, si hay comicios. Otra, fundamental: en la carrera electoral pesará mucho el criterio de Abel Caballero, imputado por cierto en la operación Patos. En una Galicia en la que el PSdeG corre el peligro de verse superado por las mareas, el único barón respaldado ampliamente por las urnas es el regidor vigués. Caballero se ha ido fortaleciendo en la ciudad desde que llegó a la Alcaldía en 2007, y es desde el año pasado presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Su talón de Aquiles es el recelo que suscita en otros sectores del PSdeG. Tres, otro peso pesado, y con gran reconocimiento público, es el eurodiputado José Blanco, exministro y exportavoz del Gobierno y ex número dos de José Luis Rodríguez Zapatero durante 12 años (2000-2012). 


Las posibles alternativas
A partir del cruce de estas tres variables, en el partido circulan varios nombres. El que suena con más fuerza es el de Carmela Silva, presidenta de la Diputación de Pontevedra y exportavoz socialista en el Senado y mujer de la total confianza de Caballero. Muchos la mientan por su proyección pública y por esa cercanía con el alcalde de Vigo, tanta que otros dudan de que se vaya a desprender de una de sus colaboradoras más eficaces. El otro obstáculo es que llegó a la Diputación el verano pasado, y podría arriesgar su cargo para no llegar a la Xunta. En la ejecutiva del PSdeG no niegan que Silva pueda ser una opción muy fuerte, igual que en Ferraz. Ella podría ser, según entienden algunos dirigentes gallegos, el producto del pacto entre Besteiro y Caballero

Otra alternativa la encarnaría el exministro de Justicia de Zapatero Fran Caamaño. Suscitaría «consenso» entre ciertas familias del PSdeG y goza de reconocimiento social y prestigio intelectual. En su contra tiene su amargo paso por la secretaría provincial del partido en A Coruña -discutió con la dirección de Besteiro y dejó su cargo en 2014-. Además, desde el entorno más próximo al exministro niegan que vaya a competir en primarias: «Está retirado de vicios y con la cabeza en otras cosas. El rumor es falso. Ni se le ocurre«. 

El nombre que más suena para encabezar el cartel a la Xunta es el de Carmela Silva, de la confianza de Abel Caballero. Blanco y Caamaño se apartan de la carrera

También el exministro Blanco rechaza pujar por la candidatura, pese a que cuadros del partido pongan sus ojos en él. «Está descartado al cien por cien», insisten fuentes muy próximas al eurodiputado. Él aduce que se retiró de la primera línea de la política. Otros entrevén que no desea lanzarse sin tener garantizada la victoria. Otros nombres que suenan son los del actual portavoz socialista en el Parlamento de Galicia, Xosé Luis Méndez Romeu, y el de su antecesor en el cargo Xoaquín Fernández Leiceaga, miembro de la comisión redactora del programa electoral por Besteiro. Además, se intenta abrir paso la posibilidad de que se postule un dirigente más joven, con experiencia institucional y capaz de suscitar simpatías internas. 

Cualquier cabeza de cartel del PSdeG se expone a quedar tercero, como le ocurrió a Abel Caballero en 1997, en este caso por detrás del PP y de las mareas. El panorama es de máxima incertidumbre. Ninguna de las tres principales fuerzas tiene aún designado candidato. Ni siquiera está claro que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, repita. 


Con Podemos y sin perder a C’s
La caída en desgracia de su hombre en Galicia es un varapalo indudable para Sánchez en un momento en el que las negociaciones se hallan en un ‘impasse’. Encalladas. El PSOE lo fía todo a un cambio de posición de última hora de Podemos, una abstención que dé vía libre a su anhelado «Gobierno del cambio«. Pero, a priori, parece improbable que nada se deslíe hasta después de Semana Santa. El secretario general se abre a un Gobierno de coalición en el que esté Podemos, siempre que ello no suponga la ruptura de su pacto con Ciudadanos. 

El problema es que el calendario institucional se cruza con el del partido. El 11 de abril arranca el proceso congresual, porque a partir de entonces, y hasta el día 14, podrán anunciarse las precandidaturas, que deberán recoger avales hasta el día 25. Un comité federal a comienzos del mes próximo, que no se descarta, podría aplazar el cónclave. Ferraz, a través de su número dos, César Luena, ya ha sondeado a federaciones afines y críticas para recabar su parecer. Los barones de mayor peso no ponen objeciones por ahora, pero esperan a conocer la propuesta definitiva de Sánchez. 

Susana Díaz se mantiene a la espera. Lo previsible es que no despeje su futuro hasta que se aclare la agenda congresual, para no dar pasos en falsos, aunque hay notables que la empujan que aseguran que su anuncio podría llegar en pocos días. Aunque ella no ha verbalizado sus intenciones -en las últimas semanas ha reiterado su apoyo a un Gobierno presidido por Sánchez-, sí que ha hecho ver a algunos de sus interlocutores que esta vez no dará marcha atrás y no dejará pasar el tren, después de amagar con tomar el control de Ferraz en el verano de 2014 -para suceder a Alfredo Pérez Rubalcaba- y el pasado diciembre, cuando capitaneó la rebelión de barones contra Sánchez tras el descalabro del 20-D.

La jefa de la Junta se mantiene en silencio mientras algunos notables creen que debe disputar el mando del partido. En Ferraz creen que no se atreverá

Uno de los veteranos que la ve más convencida y que más conoce las tripas del PSOE relata a este periódico que ella es la única que puede salvar a la formación del «desastre» y que el partido no puede concurrir a unos nuevos comicios con un candidato, Sánchez, ya «quemado«. En el grupo de los seguidores de la presidenta de la Junta también sostienen que perder la locomotora con destino Madrid una vez más la recluiría por un tiempo largo en Andalucía.

Pero otros dirigentes próximos a la baronesa y otros históricos como Felipe González le desaconsejan el salto a Ferraz en estos momentos, sin garantías. Una competición con Sánchez desgarraría al partido y, aun en el supuesto de que ganase, el suyo no sería un paseo triunfal. La alternativa más cómoda sería esperar a que el congreso se pospusiese, tras las nuevas elecciones, y aspirar a la sucesión en caso de confirmarse un segundo batacazo del secretario general. 

Él sabe que su sombra sigue acechando. Este sábado le volvían a preguntar por ella, y fue en ‘La Sexta noche’. No tiene constancia de que Díaz quiera disputarle el puesto, y en Ferraz no creen que finalmente se atreva. Él se atiene a lo dicho por ella públicamente. Pero en política importa tanto la obra cara al público como lo que se mueve en el ‘backstage‘. El camino no estaba tan lleno de rosas.