Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo
- Creo que los estrategas de la Moncloa deben esforzarse un poco más si no quieren repetir el ridículo que hizo Tezanos con sus previsiones
Pedro Sánchez ha decidido centrar la campaña en mostrar sus habilidades como gestor y oponerlas a la debilidad del PP que, en su opinión, no hace otra cosa más que criticarle. No entiende cómo es posible que no hayamos apreciado, en nuestro juicio, ni premiado, en nuestro voto, su maravillosa gestión y sus constantes dádivas. Lo de la dádivas es más difícil de explicar. Eso de subirles la pensión a nueve millones de pensionistas, a tres y medio de funcionarios, a todos los que cobran el Salario Mínimo, a los beneficiados por el Ingreso Mínimo Vital, haber topado los alquileres, haber bajado los precios de los carburantes y la luz y que te fallen luego en las urnas, tiene que ser doloroso. ¿Ha repartido su dinero? ¿Pero, qué tontería es esa? Ha repartido el de todos, como no podía ser de otra manera, pero lo ha repartido él y eso es lo que cuenta. Lo de su gestión tiene más matices, pero está empeñado en demostrarnos que es un magnífico gestor, mientras que quiere convencernos de que Feijóo es un chalado que en sus cuatro legislaturas gallegas ha engañado a todos, haciéndoles creer que lo hacía bien.
Entonces, ¿va bien la economía española? Pues depende principalmente del periodo de tiempo que consideremos. Si nos fijamos en el tiempo transcurrido tras la pandemia, parece evidente que cosas como la inflación o el mercado laboral se comportan mejor. Al menos en sus grandes cifras, que luego siempre viene alguien con los matices y emborrona el dibujo. Por ejemplo, el viernes supimos que la contratación ha subido y el paro ha bajado, lo cual es bueno, pero luego oímos voces que recuerdan que no hay datos de la cantidad de fijos discontinuos que no trabajan (¿cómo es posible que pasen los meses y el ministerio no los publique?). Que mayo es un mes muy estacional y que ha sido el peor en muchos años, que el PIB no crece en proporción y que las horas trabajadas no han recuperado el nivel prepandemia, a pesar de que hay un millón más. ¿De trabajadores?
Pero, si nos retrotraemos en el tiempo y nos fijamos en la tendencia, la cosa no es que vaya mal, es que va horrible. Le recuerdo que la capacidad de compra de los españoles disminuye, que su renta sigue estancada, que mientras el PIB crece al 3,1% desde 1998, el gasto social lo hace al 27,3%. ¿Vamos bien? Visto así, la única respuesta es que no, pues transitamos por una senda horrible que solo es sostenible mientras sigamos acumulando deudas. ¿Hasta cuándo? Ni idea. Ya llevamos 1,53 billones. ¿Dónde está el techo? Perdón, no insista, creo recordar que ya le he dicho que no tengo ni idea.
La polarización que fomenta el Gobierno y la insistencia creciente en el mensaje de Pedro Sánchez ha dejado vacío el centro político. ¿Cuántas veces calcula usted que nos contará en campaña eso de que enfrente solo tiene a la derecha extrema y a la extrema derecha, si en una semana ya lleva una buena docena? Él representa a la izquierda progresista y se apoya en los más progresistas aún que pueblan la parte izquierda situada a su izquierda, y si Ciudadanos se ha retirado del escenario. ¿Quién ocupa el centro? ¿Está seguro de que en España no hay nadie que se sienta de centro? ¿Está seguro que le vamos a premiar por ponernos de nuevo en ese tremendo dilema frentista y guerra civilista?
¿De verdad cree que sacarle a pasear al Doberman da mas miedo que pactar con Bildu, ERC y Podemos? Feijóo se va a apoyar, en algunos lugares, en Abascal, que tiene ideas de derecha extrema, pero no tiene a terroristas condenados en sus filas, ni a sediciosos convictos en sus listas. ¿Por qué deberíamos temerle más a él que a Otegi o Aragonés? Si antes no le funcionó el truco ni en Andalucía ni en Madrid y si ahora no le ha funcionado en Aragón, ni en Valencia. ¿Por qué supone que le va a funcionar en las generales?
Nos dice que hay que elegir entre un presidente amigo de Biden u otro amigo de Trump. Pero, ¿qué amigo es ese que tarda años en invitarte a su casa, que cuando lo hace te lleva a las cocheras para que des tu rueda de prensa y ni siquiera te acompaña a ella?
Creo que los estrategas de la Moncloa deben esforzarse un poco más si no quieren repetir el ridículo que hizo Tezanos con sus previsiones. Por cierto, ¿este señor tiene su sueldo ligado a sus aciertos? Si es así, ¡pasará hambre!