El 39º Congreso Federal del PSOE, que se celebra la semana que viene, aprobará las primeras propuestas en este sentido. Sin embargo, será en la gran conferencia del año que viene cuando Sánchez complete lo que para él es terminar con «un partido de notables y de lealtades clientelares».
El secretario general quiere que los cambios fundamentales en los Estatutos se aprueben en la primavera de 2018, en un gran acto sobre el modelo de partido y con aportaciones de toda la organización. Este cónclave se celebrará cuando ya estén elegidas las nuevas direcciones regionales y el Comité Federal esté al completo.
Entre otras cosas, el líder socialista pretende dar tiempo a toda la organización para proponer y debatir los cambios precisos para la democratización del PSOE que quiere impulsar: acercarlo a las bases, abrirlo a los ciudadanos y hacer que la formación gane en transparencia, como explican desde el equipo más próximo a Pedro Sánchez.
Esta conferencia política contará con las aportaciones vía enmiendas de todos los militantes. Será como un gran congreso federal, sólo que orientado a cambiar los Estatutos del PSOE.
El entorno del secretario general explica que las últimas modificaciones legales de la Ley de Financiación de Partidos Políticos ya obligan a hacer algunas adaptaciones en las normas de funcionamiento interno del PSOE.
El congreso que se celebra la próxima semana, como apunta el equipo del secretario general, incorporará a la Ponencia Marco algunas de las medidas más importantes sobre el funcionamiento del partido que Sánchez llevaba en su programa. Entre ellas figura la prohibición de revocar a un secretario general en contra del deseo de los militantes o la obligatoriedad de consultar a los afiliados los acuerdos postelectorales.
El objetivo es que nunca más pueda repetirse una situación como la del pasado 1 de octubre, cuando Sánchez se vio forzado a dimitir al perder el pulso que le echaron los críticos. El nuevo líder socialista quiere incluir en la Ponencia Marco que la revocación de un secretario general deba ser «motivada y acordada por un mínimo del 51% del Comité Federal» y tenga que ser «aprobada por la militancia en una consulta».
Sólo si se dan esas circunstancias la Ejecutiva cesará de manera automática y el Comité Federal nombrará una Gestora con un mandato de 90 días como máximo. Esta dirección provisional tendrá como única misión organizar unas nuevas primarias para elegir un secretario general y convocar un congreso para aprobar una nueva Ejecutiva.
Además, el congreso aprobará la celebración obligatoria de primarias abiertas para elegir a todos los candidatos (a la Presidencia del Gobierno, a la Presidencia de las comunidades y a las alcaldías). El equipo de Sánchez está dispuesto a negociar enmiendas para que en los municipios pequeños no se tengan que celebrar primarias abiertas a todos los ciudadanos, porque sería fácil que se pudieran manipular.
Sánchez quiere que los cambios más profundos que se acometerán el año que viene vayan dirigidos a garantizar que la militancia participe directamente en la elección de sus delegados, dirigentes y candidatos y en la toma de decisiones importantes. Como dice el programa con el que Sánchez se presentó a las primarias, se trata de conseguir «una organización más abierta a la participación ciudadana, a la transparencia, a los controles internos para evitar la corrupción y a la rendición periódica de cuentas por parte de los cargos públicos».
Ferraz quiere que la militancia sea el elemento clave más importante del partido, no los barones o los cuadros medios. Para ello, planteará incluir en los Estatutos el derecho a la iniciativa política de los militantes en todos los ámbitos –local, regional y federal–; se aprobarán sistemas de elección directa para los delegados a los congresos y conferencias políticas; se regulará la figura del simpatizante, que podrá inscribirse en un censo electrónico y sólo pagará una cantidad simbólica inicial; y se acometerá un plan coordinado para abrir las sedes locales y crecer en militantes. Una de las propuestas de Sánchez es crear una Secretaría de Dinamización de las Agrupaciones Locales.
Además, el secretario general quiere que los distintos poderes del partido actúen cada uno en su ámbito, de forma que los secretarios generales de las federaciones autonómicas no pertenezcan a la dirección federal. La idea es delimitar el liderazgo nacional y diferenciarlo del autonómico, ya que cada uno debe trabajar en su ámbito sin competir entre sí.
Todas estas propuestas iniciales, incluidas en el documento programático de Sánchez, llamado Por una nueva socialdemocracia, están abiertas a lo que planteen los secretarios generales, los cuadros medios y los militantes de cara a la citada conferencia.
De hecho, desde Ferraz apuntan que el motivo de hacer un gran cónclave dentro de 10 meses obedece a la idea de que todo el partido pueda participar en la elaboración de sus nuevas normas internas con la máxima tranquilidad.