Se mastica el miedo

HERMANN TERTSCH – ABC – 04/03/17

· Las encuestas que dan el triunfo a Fillon, Macron o Juppé recuerdan a las del «New York Times», que se lo dieron a Hillary Clinton.

Se perfila una operación de emergencia en Francia ante el imparable hundimiento del conservador François Fillon al que huyen ya sus más estrechos colaboradores. El escándalo de corrupción por pagos a su mujer e hijos por trabajos ficticios ya no es controlable y hace naufragar la candidatura por mucho que el protagonista se obceque en seguir.

Colaboradores de Alain Juppé intentan relanzar la candidatura del exprimir ministro a 50 días de las elecciones. Aun con el lastre de haber sido un claro perdedor en las primarias, creen que podrá quitarle a Emmanuel Macron el papel de favorito a enfrentarse a Le Pen en segunda vuelta el 7 de mayo. Y ser así un candidato de peso y firmeza incuestionable frente a la candidata del Frente Nacional.

Y es que nadie quiere reconocerlo, pero en Francia se mastica el miedo ante el panorama que pueda afrontar el país tras el 23 de abril, día de la primera ronda de las elecciones presidenciales. Aunque todos repiten y recitan las encuestas que otorgan para la segunda vuelta siempre la victoria al candidato que se enfrentara a Marine Le Pen, lo cierto es que las dudas crecen.

Y las encuestas que dan tanto a Macron como a Fillon y con seguridad a Juppé cómodas victorias sobre Le Pen recuerdan a muchos a aquellos sondeos del «New York Times» que anunciaban el paseo triunfal de Hillary Clinton y hoy un hazmerreír mundial.

Nadie se fía realmente de que el joven Macron con sus veleidades liberales e inexperiencia pese a su breve labor presidencial vaya a ser votado por los suficientes seguidores del resto de los candidatos. Dicen que muchos se quedarían en casa. Y hay una considerable bolsa de voto Le Pen en el votante a Fillon. Quienes apuestan por el desgaste del FN por las imputaciones contra su líder subestiman el hartazgo con la situación y el rechazo al sistema. El ya manido lema de «todos los buenos contra la mala» podría dejar de funcionar porque ni los unos son vistos como buenos ni la otra es como antaño el mal absoluto.