Miquel Giménez-Vozpópuli

El escándalo organizado por la venta de votos nos ha pillado cansados, hartos, asqueados y casi diría que inmunizados ante las tropelías que perpetran los de la sinistra. Creímos que lo de los etarras en las listas iba a ser lo más de lo más cuando llegaron con la lona del hermano de Ayuso y ahora con esto. El escándalo de hoy tapa el de mañana. ¿Quién se acuerda ya de tito Berni por no hablar de las maletas de Delcy, que suena a prehistoria? Por mucho menos de lo visto en España en estos años y más con la compra de votos en cualquier otro país mínimamente organizado se tomarían medidas draconianas, desde la invalidación de las candidaturas de la formación responsable la suspensión de las elecciones. Pero como somos así, ya hay quien intenta obtener alguna ventaja. Del mal, el menor, dice la gente. Y hete aquí que en las secciones de anuncios por palabras comienzan a menudear ofertas de ciudadanos que tienen interés en obtener algún beneficio con su papeleta.

Les he destacado algunos. Helos aquí: “Vendo voto a estrenar con los papeles en regla, incluido DNI y empadronamiento en casa de mis padres desde que nací y lo que les queda por aguantarme. Preguntar por Adolescente Cansao”; “Se vende voto en buen estado. Tiene más de diez elecciones pero está perfecto de motor electoral. Con dirección asistida por tertulianos de confianza”; “Por prescripción facultativa ofrezco voto. El médico me ha prohibido todo lo que haga subir la tensión arterial.

Creímos que lo de los etarras en las listas iba a serlo más de lo más cuando llegaron con la lona del hermano de Ayuso y ahora con esto

Dirigirse a la Mutua de Huérfanos de la Urna”. Este me ha parecido especialmente tierno “Voto madurito interesante, de buen ver, culto, serio y con posibles entablaría amistad con urna para fines serios. Curiosos y medianías, abstenerse”.

Luego están los que no disimulan su carácter plenamente comercial, verbigracia éstos: “Por liquidación de stocks se venden al por mayor votos con perspectiva de género, anti patriarcales y poliamorosos. Polígono Las Gritonas. No se entrega a domicilio”; “Gran oferta de votos inútiles, llévese cuatro y páguelo todo el mandato. Inútil. Sin referencias O sea, que no hacen falta referencias y basta con ser un inútil, que se os tiene que decir todo”; Gran surtido de votos en todos los tamaños, colores y modelos. Vista su hogar y su urna con nuestros votos. Listas de boda y listas electorales”; “Confecciones Rosita, hacemos dobladillos electorales, damos la vuelta a chaquetas ideológicas sin que se note, acortamos programas máximos y alargamos excusas. Precios módicos al alcance de todo el mundo”.

Ya ven ustedes que vender votos no es cosa solamente de los partidos. Más peculiares son todavía las ofertas que uno ha visto – por pura obligación profesional, que nadie se equivoque – en Tinder: “Las Urnas del Sado. El voto prohibido más excitante. No te prives de hacer realidad tus más locas fantasías electorales. Orgías de pactos de investidura, sado maso presupuestario, transfuguismo dorado, bukakelegislativo. Sólo hotel. VISA sí”. O, ya para terminar, este que he leído. Desgarrador: “Por motivo de divorcio daríamos en adopción el voto de mi ex y el mío propio al no poder atenderlos en común. Son dóciles, se adaptan, no gruñen y se encariñan con el primer candidato que les hace unos mimos. Garantizamos desparasitación y vacuna contra el moquillo partidista”.

En fin, veremos lo que sucede este domingo pero, por si las dudas, vayan ustedes a votar porque eso de quejarse delante de la tele no sirve de nada. Ni a ustedes ni a España. Y riamos, riamos mucho, porque eso es lo que cabrea y pone más mosqueaos a los que mandan. Y ahora perdonen, que oigo desde la calle a uno que, megáfono en ristre, vocea “¡El compra votos, señora, ha llegado el compra votos, se compran votos, trapos, cartones, paaaapeletas, empadronamientos, vergüenzas y pape!”.

Que ustedes lo voten bien.