ABC – 18/06/17
· El Rey ha dejado clara su postura: «La Constitución prevalecerá».
Cuando Don Felipe asumió la Corona –mañana se cumplen tres años– lo hizo en unas circunstancias difíciles. La crisis económica más larga y dañina de la historia reciente empezaba a diluirse lentamente, pero aún había 4,5 millones de españoles en el paro. Crecía el desapego generalizado a las instituciones del Estado, y la popularidad de la Monarquía se encontraba en su nivel más bajo desde la restauración: un 3,72 sobre diez, según el CIS. Una hermana y el cuñado del Rey estaban imputados por un caso de corrupción. Y los independentistas catalanes aprovechaban el malestar social para dar un nuevo paso cada día en su desafío al Estado.
Tres años después del relevo en la Corona, España es el país que más crece de la zona euro y, aunque el paro sigue siendo muy elevado, el número de desempleados ha descendido a 3,4 millones. El CIS ha dejado de preguntar sobre la valoración de la Monarquía pero, según las distintas encuestas encargadas por los medios de comunicación, Don Felipe habría recuperado unos niveles de popularidad cercanos a los de los mejores tiempos. Y el proceso judicial que afectaba a su familia se saldó con la absolución de su hermana, la Infanta Cristina, y la condena –ahora recurrida– de su cuñado, Iñaki Urdangarín, a seis años y tres meses de prisión.
Sin embargo, el desafío separatista, lejos de corregirse, va a más, y esta es una cuestión que afecta directamente a Don Felipe como Jefe del Estado y como árbitro y moderador del funcionamiento regular de las instituciones, función que le atribuye la Constitución en el artículo 56.
La Carta Magna también establece que el Rey es el símbolo de la unidad y permanencia del Estado, y le atribuye la convocatoria de referéndum (artículo 62) cuando afectan a decisiones políticas de especial relevancia, como sería el que reclaman los separatistas. Además, el Rey únicamente puede convocar estos referéndum a propuesta del presidente del Gobierno y con autorización previa del Congreso de los Diputados. Si otra autoridad tratara de hacerlo, estaría usurpando al Rey, que es el Jefe del Estado, y al resto de las instituciones afectadas una función constitucional.
La ley no le atribuye directamente la misión de ser el guardián de la Constitución, pero en el día a día sí que se ha convertido en uno de sus más firmes defensores. Además, hace tres años Don Felipe renovó como Rey el juramento que ya había hecho ante las Cortes como Heredero de la Corona: «Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas».
Mensajes del Rey a Cataluña
Desde entonces, Don Felipe ha transmitido infinidad de mensajes a Cataluña, que es la comunidad autónoma que más veces ha visitado. El Rey ha dirigido palabras desde el afecto al pueblo catalán –«que nadie construya muros con los sentimientos»– pero también un sinfín de advertencias más o menos sutiles a las autoridades independentistas –«respetar la ley es la fuente de legitimidad y la exigencia ineludible para una convivencia democrática en paz y libertad»–.
Solo en una ocasión, hasta ahora, Don Felipe ha endurecido su mensaje, y esto ocurrió el 12 de noviembre de 2015, cuando el Parlamento de Cataluña aprobó, con 72 votos a favor y 63 en contra, el llamado proceso de desconexión con España. Esa misma mañana el Rey tenía previsto asistir a un acto oficial en la sede del BBVA, y Don Felipe no alteró su programa, pero sí su discurso. Ante los medios de comunicación que habitualmente le acompañan, transmitió un mensaje de serenidad y confianza a los españoles, «de seguridad en la unidad», dijo, y aseveró: «La Constitución prevalecerá. Que nadie lo dude».
Don Felipe aseguró que el pueblo español «no está dispuesto a que se ponga en cuestión su unidad, que es la base de su convivencia en paz y libertad». «No está dispuesto –reiteró– a que se ponga en riesgo el modelo de progreso que, con su trabajo abnegado y comprometido, ha hecho posible el periodo de mayor desarrollo económico y social de nuestro país».
El Rey no ha entrado nunca, hasta ahora, en la guerra de declaraciones y anuncios políticos; pero sí ha dejado clara su postura cuando se han producido hechos con trascendencia institucional. Y su mensaje ha sido firme: «Nuestro orden constitucional se mantendrá plenamente vigente».
ABC – 18/06/17