ABC 13/04/15
· El independentismo más radical insta a la «toma de control» del «territorio»
Hace pocos días, un exdirigente del PSC del sector catalanista, ahora ya fuera del partido, alertaba de las prisas y los excesos de lo que definió como «soberanismo hiperventilado», una sobreexcitación política que lleva a los partidarios de la independencia a fijarse objetivos cada vez más ambiciosos, e irrealizables, a medida que sus planes se estrellan contra la realidad. Y dentro de los «soberanistas hiperventilados» hay quienes incluso van mucho más allá, adoptando formas y lenguaje que entran de lleno en el terreno de lo insurreccional, o dicho de otra forma, golpista.
· El mandato de la consulta Los impulsores, al margen del acuerdo de CiU y ERC con las entidades, asumen el 9-N como un «mandato»
Anticipándose incluso al acuerdo CiU-ERC –declaración unlitateral de independencia en el plazo de 18 meses si hay mayoría independendista en la elecciones de septiembre–, sectores soberanistas proponen no esperar tanto, fijando los próximos comicios municipales como «constituyentes. Estos sectores, entendiendo que el resultado de la consulta soberanista del 9 de noviembre debe leerse como un «mandato nítido y claro», proponen proclamar la independencia desde los ayuntamientos, «tomando el control efectivo político de nuestro territorio» en caso de que «los parlamentarios de Cataluña no hagan efectivo este mandato».
Municipales constituyentes
Según ha podido saber ABC, el plan se expresa en forma de texto que sus promotores brindan al resto de partidos políticos, con objeto de que lo incluyan en sus programas electorales para las municipales del mes de mayo, a modo de «compromiso ante la ciudadanía».
Sus impulsores son Josep Manel Ximenis (CUP), candidato a la alcaldía de Arenys de Munt (Barcelona), detrás de la primera consulta soberanista celebrada en 2009, y desalojado de la alcaldía tras una moción de censura hace un par de años. También lo suscribe Jordi Fornas, alcalde de Gallifa (Barcelona), miembro de Catalunya Acció y a la vez promotor de un nuevo partido de inequívocas siglas, la UPDIC (Unitat per la Declaració d’Independència). Muy activo en el campo independentista, burló la ley de Banderas cuando fue requerido por la Delegación del Gobierno, colocando una «mini enseña» española (tamaño de sobremesa) en la fachada consistorial. Impulsa también la iniciativa Àlex Acero, concejal de Arenys de Mar (Barcelona) y alcaldable en estos comicios de Solidaritat per la Independència (SI).
«Los cargos electos, con la voluntad de convertir las elecciones del 24 de mayo en unas elecciones constituyentes del Estado Catalán y en virtud del mandato popular surgido de las urnas el pasado 9 de noviembre, nos comprometemos a proclamar la independència, tomando el control efectivo político del territorio, avalados por nuestros electores, en el caso que los representantes parlamentarios de Cataluña no hagan efectivo este mandato», reza el texto. Como adenda, los firmantes de dicho «compromiso» se autoconvocan el 20 de junio a las diez de la mañana en el Ayuntamiento de Arenys de Munt «para determinar» si efectivamente «los parlamentarios del Pueblo Catalán» cumplen este mandato». Se sobreentiende que en ese momento se decidiría la toma del «control efectivo político del territorio».
Aunque el grueso del movimiento soberanista ha acatado con disciplina el acuerdo de CiU y ERC con la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y la Asociación de Municipios Independentistas(AMI), y que fija las autonómicas de septiembre como «plebiscitarias», el documento sí que retoma una propuesta central de la «hoja de ruta» de la ANC, ratificada en su reunión de febrero: la creación de una «asamblea de electos» –formada por los alcades que surjan de las municipales– en caso de que el Estado suspendiese los órganos de gobierno catalanes. El soberanismo «hiperventilado» tiene prisa.