Alberto Ayala, EL CORREO, 29/3/12
El PNV de Álava debe aprovechar la asamblea del sábado para empezar a restablecer su imagen
La asamblea para la elección de los catorce integrantes del Araba buru batzar –todos excepto el presidente– se repetirá apenas siete días después del escándalo con que concluyó la cita celebrada el pasado sábado. Así lo ordenó ayer el Tribunal nacional de Justicia del PNV tras comprobar que al menos 3 de los 65 apoderados se saltaron el mandato imperativo de su junta municipal de votar a la ‘plancha’ de Xabier Agirre en la primera vuelta. Resultado final: los ‘aguirristas’ sólo lograron colocar a cinco representantes en la nueva ejecutiva regional por nueve seguidores del derrotado presidente saliente, Iñaki Gerenabarrena.
La decisión del principal órgano de control interno de la formación jeltzale no puede por menos que considerarse lógica y justa a tenor de los datos que han trascendido. Y es que carece de la mínima lógica democrática celebrar unas larguísimas elecciones internas a doble vuelta y que una vez que la afiliación se ha pronunciado algunos apoderados –por su cuenta y riesgo, u organizadamente, no hay pruebas definitivas para asegurarlo, aunque todos los indicios apunten en la segunda dirección– opten por no respetar el mandato de sus compañeros de batzoki.
Lo ocurrido ha erosionado, sin duda, la imagen de un partido con una trayectoria democrática de más de un siglo. Como lo ha hecho aún más en los últimos tiempos el grave escándalo de corrupción por el que todavía se hallan imputados algunos de los más estrechos colaboradores de Gerenabarrena.
En este sentido la asamblea del sábado debe servir para empezar a cicatrizar la herida. Si acaba bien. Otro escándalo sería todavía más difícilmente justificable ante la ciudadanía.
La historia no abona el optimismo. Y es que sólo en otra ocasión dos grupos han pugnado por el poder en el ABB, ésta y en 2000. Entonces se enfrentaron por la presidencia de la ejecutiva alavesa José María Guerenabarrena, curiosamente tío de Iñaki Gerenabarrena y la persona que le aupó al cargo que acaba de perder, y el renovador Manu Allende. Aunque en los batzokis éste ganó por tres votos, en la asamblea se produjo un empate. Las elecciones se repitieron y… Guerenabarrena se impuso por cinco votos.
¿Y no sería más sencillo cambiar el actual sistema de votaciones?
Alberto Ayala, EL CORREO, 29/3/12