Es un meme que lleva meses circulando por las redes sociales con la foto de un miembro de la Policía Montada de Canadá y unas frases de su supuesta autoría: «La fuerza de parte de las autoridades no debe ser proporcional, debe ser mayor. La fuerza proporcional invita al desafío permanente porque deja a los antisociales en un falso empate en vez de un castigo real». Ya cuando en su día me topé con esta tesis reconocí en ella el sofisma. Identificaba la expresión «fuerza proporcional» como sinónima de «fuerza igual» a la que los agentes del orden debían enfrentarse. ¿Es que no cabe la búsqueda sensata de un término medio que concilie superioridad y proporcionalidad en el campo de la seguridad como en el de la medicina y la prescripción de medicamentos? ¿Es que «proporcionalidad» y «superioridad» son términos fatalmente antónimos? ¿Es que siempre es necesario en todos los aspectos de la vida matar moscas a cañonazos? ¿Es que la Policía Montada de Canadá, como la Guardia Municipal de Vitigudino, no pueden emplear contra los «antisociales» a los que se refería ese mensaje viral «una fuerza proporcionalmente mayor» que no los deje a empate pero tampoco lisiados de por vida?

La tergiversación argumentativa, y antes semántica, que había en aquel meme vuelve estos días a ponerse de moda en el debate abierto con motivo de la reforma de la llamada ‘ley mordaza’ que capitanea Marlaska y que fue contestada el sábado, en la manifestación de Madrid, por todos los sindicatos y cuerpos policiales. Otra vez hay quien vuelve a identificar, desde su defensa o su ataque a esa reforma, el término ‘proporcionalidad’ con los criterios que han inspirado unas ocurrencias tan pintorescas como que las multas sean puestas a la medida de la economía del infractor o que los polis hagan de taxistas del detenido y lo devuelvan al lugar donde se produjo el arresto, o sea el delito, para que siga delinquiendo.

Se llamó ‘De la divina proporción’ un tratado que publicó el matemático Luca Pacioli en el siglo XVI y en el que reducía la belleza a una cuestión geométrica: la búsqueda de lo que los antiguos llamaron el número áureo o la cifra de Dios. Yo creo que es en eso en lo que anda Pedro Sánchez: en la reducción de la cuestión de la seguridad ciudadana a un providencial número y a la geometría del poder. Como creo también que renunciar al término ‘proporcionalidad’ sería un error por parte de quienes nos oponemos a esa delirante reforma. Creo que es regalárselo torpemente a Marlaska cuando aquí lo único desproporcionado es su ultragarantismo. Por cierto, el policía canadiense del meme se llama Bob Paulson. Nunca dijo esas frases y lleva jubilado desde el 30 de junio de 2017.