JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 20/09/15
· Pau Gasol es un modelo de ciudadanía y si el treinta por ciento de los españoles fuéramos como él, nuestro país estaría entre los punteros.
Creo no equivocarme al decir que Pau Gasol es hoy el hombre más admirado de España. Con buenas razones. En el campeonato europeo de baloncesto ha llevado en volandas a la selección española hasta la final. No sabemos si triunfará esta tarde, pero el subcampeonato no nos lo quita nadie, como la ida a las próximas olimpiadas. Se lo debemos a ese muchacho altísimo, sonriente, modesto, elegante, que encesta sin aparente esfuerzo y defiende con igual eficacia. Pero, siendo una estrella en el deporte, lo que le convierte en leyenda es su calidad humana, su profesionalismo, su sencillez, su realismo.
Aunque le hacen muchísimas más faltas de las que él hace, nunca se queja de ello ni de nada, de la mala suerte ni de los árbitros parciales. Para resumir: Pau Gasol es un modelo de ciudadanía y si el treinta por ciento de los españoles fuéramos como él, nuestro país estaría entre los punteros. Gracias, Pau.
Su ejemplo brilla en medio de la «tormenta catalana», que él atraviesa con su impavidez característica: cumpliendo con su deber de jugador y de ciudadano. Estoy seguro de que Pau ama a Cataluña como el que más, convencido de que ser catalán es una de las formas de ser español, por lo que sus triunfos son tan catalanes como españoles. En él vemos reflejados el resto de nosotros las virtudes catalanas que admiramos: la profesionalidad, el orden, la eficacia, el realismo, el sentido común, el seny en suma, que tanto echamos de menos en sus dirigentes actuales.
Un seny que finalmente ha recuperado su banca y grandes empresarios para advertir a sus políticos que, de siguir por la senda independentista, ellos se verán obligados a dejar Cataluña. Son muchos los que dicen que debieron decirlo antes. Posiblemente pensaban que la cosa no iría tan lejos, que sus políticos eran unos fanfarrones –lo que allí llaman «paveros»– para obtener esta o aquella ventajilla. Pero al ver que van en serio y pueden llevarles al abismo, les han enfrentado a la dura realidad.
Dos incógnitas nos quedan en esta nueva situación. La primera, cómo reaccionarán esos líderes –fantasiosos en el mejor de los casos, mentirosos en el peor– ante ella. De entrada, con furia: «¡Que hagan las maletas y se vayan!», ha dicho Baños, del CUP, mientras Mas clama: «¡Vale más la voz del pueblo que todo el poder que Madrid moviliza!» Pero esta advertencia no llega de Madrid, ni de Berlín, ni de Londres, ni de Washington, ni de Bruselas, sino del Caixabank, del Sabadell, de sus principales organizaciones empresariales.
Ese es otro cantar. « Moneytalks », «el dinero habla», dicen en inglés, equivalente a nuestro «Poderoso caballero es don Dinero». Y, ahora, ha hablado, alto y fuerte. La segunda incógnita es cómo reaccionará ante esa nueva realidad el 26 por ciento de catalanes que aún no han decidido a quién votar. Porque es difícil renunciar a los sueños, aunque sean mentiras como las que les han venido contando. Pero es su dinero, su empleo, sus ahorros, su pensión lo que se juegan. La solución, dentro de una semana.
JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 20/09/15