Si el Lehandakari dialoga con nosotros… ¡es Navidad!

 

Aleluya hermanos. La revista Aranzazu nos demuestra en su editorial que lo que no mata engorda. ¿Quién podría resistirse a decodificar tan bella postal navideña?

Ibarretxe dialoga con nosotros sin ninguna condición, sino la de aceptar el encontrarnos con Él. Juan Josué vive su periplo acercándose a todos los alejados del mundo nacionalista y ofreciéndoles acogida y perdón y misericordia. Rompiendo todos los esquemas políticos al uso, Él se hizo diálogo permanente. En estas Navidad, no mires bajo el coche, mira a los ojos del otro; y si viene a buscarte con una pistola, piensa que él también sufre, perseguido, torturado, encarcelado sin piedad. Tiéndele tu mano, muéstrale tu nuca. ¡Es Navidad!

Si Dios dialoga con nosotros… ¡Navidad!

Algunos se extrañan e incluso se escandalizan de que en nuestras editoriales pidamos insistentemente el diálogo entre los diversos partidos políticos. Equiparan esa petición con el menosprecio para con las víctimas o con el apoyo al terrorismo o con querer romper determinados status políticos. Nos tranquiliza el saber que no somos los únicos que insistimos en que el diálogo es el único camino para solventar diferencias y conflictos del orden que sean.

Para los cristianos el diálogo es algo demandado por nuestra propia fe. Ahora que vamos a celebrar la Navidad, vamos a ser testigos de cómo Dios dialoga con nosotros sin ninguna condición, sino la de aceptar el encontrarnos con Él. El Misterio de Belén es justamente un lugar de encuentro, de diálogo, de oferta abierta, de abrazo. Y Dios tenía motivos para abandonarnos. Pero no lo hizo. <<Se rebajó hasta someterse, incluso a la muerte>>. Jesús vive su periplo en este mundo acercándose a todos los alejados del mundo religioso y ofreciéndoles acogida y perdón y misericordia. Rompiendo todos los esquemas religiosos al uso, Jesús se hizo diálogo permanente.

Es fácil y cómodo celebrar la Navidad con fiesta y lujo. Lo difícil es asumir esa bajada que supone la Navidad. Lo fácil es participar en las fiestas que no comprometen. Más difícil es abrirse a la oferta de acogida del �hermano/a�. Y sin embrago, la Navidad es compromiso de abrir nuestras casas y mesas, no precisamente para comer, sino sobre todo para mirarnos a los ojos y hablar, porque cuando se mira �al otro� desde la Navidad, se comienza a ver a un hermano/a. Y entonces es posible hacer de nuestros diálogos postura permanente. Es Navidad para todos: para las víctimas, para los que viven de miedo y aterrados, para los que sufren la ausencia de sus seres queridos, para los torturados, para los que no pueden respirar en su propia soledad. Si Dios dialoga con nosotros… es ¡Navidad!. ¡Feliz Navidad a todos!

Beristain

(Editorial de la revista ARANTZAZU correspondiente a Diciembre de 2003)

La Navidad nos hermana
a los verdugos y a sus víctimas
¡Disfrútala!

Arantzazu 10/12/2003