EL CORREO 22/02/13
· En su puesta de largo como portavoz jeltzale, Aitor Esteban exige a Rajoy «más actitud y menos pose» contra la corrupción.
Máxima exigencia y tono áspero para hablar de la marea de corrupción que asola España y de los casos que, en concreto, salpican al PP. Y mano tendida a Mariano Rajoy, no solo para asentar la paz y la «reconciliación», sino también para alumbrar un modelo de Estado que afronte «con realismo» una «nueva relación» con Euskadi y Cataluña. «Si la actitud hacia ellas sigue siendo considerarlas como una comunidad autónoma más, sin procurar una bilateralidad en la relación que atienda a su singularidad, seguirán siendo fuente de conflicto y la desafección cada vez mayor», advirtió ayer al presidente del Gobierno el grupo jeltzale, que logró que el jefe del Ejecutivo central se refiriese a Luis Bárcenas y Jesús Sepúlveda, aunque sin citarles por su nombre, para recalcar que hace «años» que no ocupan cargos «de responsabilidad» en el PP.
Aunque saltó de la suplencia a la titularidad a finales de diciembre, cuando Josu Erkoreka abandonó el Congreso para unirse al gabinete de Iñigo Urkullu, el discurso de ayer en el debate sobre el estado de la Nación fue la auténtica puesta de largo de Aitor Esteban como portavoz jeltzale en la Cámara baja. Su intervención, exigente en el tono pero también ajustada a la fluida relación que el Gobierno vasco y su propio grupo mantienen con el Ejecutivo central, mereció una réplica cortés de Rajoy y propició que el presidente mencionara por primera vez a ETA, que en la primera jornada del debate ni siquiera sobrevoló el hemiciclo, para exigir su disolución.
En todo caso, el asunto de la pacificación fue meramente tangencial en la intervención de Esteban –dado que Urkullu y Rajoy mantienen una interlocución privada al respecto, el portavoz jeltzale solo pidió al presidente que sea «sensible» a la visión del PNV–, que se centró, en clave pesimista, en la crisis política y económica y en las reivindicaciones territoriales. En ese sentido, el portavoz peneuvista pidió a Rajoy que sea consciente de que la actual «convulsión» social y política está mostrando los «límites del Estado diseñado en los ochenta» y que aproveche la «catarsis resultante» para «acomodar» la realidad a «la existencia de al menos dos comunidades que tienen un sentimiento nacional mayoritario distinto al español». «Sigue siendo una circunstancia persistente y terca», insistió Esteban, convencido que, de cómo gestione Rajoy la cuestión vasca y catalana, dependerá «lo que suceda en la política española en los próximos años».
La entraña foral
Pero la exigencia, en puertas de que se constituya en el Parlamento vasco una ponencia para abordar una reforma estatutaria, no fue la única. El PNV también se afanó en reclamaciones más urgentes, al hilo de la denuncia que vertebró buena parte de la intervención de Esteban, la de una constante «invasión competencial» mediante iniciativas legislativas que «se amparan» en la crisis para desarrollar una «agenda recentralizadora» oculta. El portavoz peneuvista hizo hincapié sobre todo en la reforma de la Ley de Bases de Régimen Local, que, según dijo, «toca muy directamente a la entraña del hecho foral», pero también a las futuras normas de Acción Exterior, de Educación o de Costas.
En la misma línea, Esteban urgió a Rajoy a convocar urgentemente la Comisión Mixta para solventar varias cuestiones a las que en principio el jefe del Ejecutivo se comprometió con Urkullu en su último encuentro: la liquidación del Cupo de ejercicios anteriores, la concertación de impuestos de reciente aprobación y la elaboración de una nueva Ley Quinquenal. Y concluyó con una advertencia en toda regla a Rajoy: «Este modelo bilateral que es consustancial a la foralidad, señor presidente, resulta insoslayable si queremos dotar de una estabilidad razonable a las relaciones con Euskadi».
Además, Esteban exhibió una actitud de ‘tolerancia cero’ con la corrupción y se mostró muy crítico con el empeño de Rajoy de no aludir a los casos que afectan al PP. «Si alguna de estas afirmaciones repetidamente negadas se confirmara en el futuro, la situación de su Gobierno sería más que problemática, realmente insostenible», advirtió. Y dejó claro que no basta con acometer cambios legales para atajar las corruptelas, sino que es necesaria «más actitud y menos pose».
También aludió, sin citar a Iñaki Urdangarin, al «serial tragicómico» que está ofreciendo la Casa Real –«fundaciones, favores, patrocinios, emails subidos de tono y hasta elefantes», ironizó– y consideró que la Monarquía, «la institución más opaca del Estado», debe «reinventarse si quiere mantener su posición».
EL CORREO 22/02/13