Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo
Bueno, por fin tenemos una buena noticia entre océanos de malas nuevas. Las ventas de automóviles aumentan en julio un 34% en el País Vasco, lo que demuestra que hay un buen ‘trozo’ de consumo parapetado tras el miedo provocado por la crisis y que las ayudas, cuando son rápidas, generosas y directas surten el efecto de despertarlo. Máxime cuando, como sucede en este caso, se permite acumular las concedidas por la Administración central a las ya aprobadas anteriormente por el Gobierno vasco. Por supuesto que habrá que esperar al final de curso para comprobar con mayor precisión cómo se ha comportado la demanda de un bien tan esencial como es el automóvil, que sintetiza un porcentaje enorme de la industria. Pero, de momento, es bueno que haya reaccionado tan rápido.
Más grave es lo del turismo. Supongo que nuestro epidemiólogo de cabecera, el doctor Simón estará encantado con las cifras del turismo. Si le pareció una noticia excelente el que los belgas anunciaran su rechazo a veranear en España, estará exultante ahora que vemos cómo las visitas de extranjeros han caído un 97,7%, ¡de 8,8 millones a 204.000! Y los ingresos que nos proporcionan, un 98,6%. Esta es una frase cargada de ironía y no creo que quisiera decir lo que dijo. Pero se merece una puya, por su falta de tacto y no enmendarse a sí mismo de manera más rotunda. El turismo, que representa una parte significativa de nuestra actividad económica, se ha desplomado y este año carece de enmienda por bien que vayan las cosas en otoño.
Por último y a la vista del coste que alcanza la financiación de los ERTE, el Gobierno ha decidido pedir a la UE 20.000 millones del fondo SURE, a la vez que remolonea para acceder al MEDE, a pesar de que dadas sus favorables condiciones permitirían al Estado ahorrarse un montón de dinero. ¿Por qué lo hace? Pues le confieso que no lo entiendo. Es cierto que el MEDE ‘huele’ a rescate y tiene una condicionalidad diferente, pero la realidad es que el dinero es un bien fungible y no hay una gran diferencia entre elegir una u otra fuente de suministro.
Mañana, cuando nos den las cifras del paro, tendremos ocasión de ver su evolución, de conocer cuántas personas continúan embalsadas en este mecanismo y de analizar las necesidades financieras para su sostenimiento.