JOSÉ MARÍA CARRASCAL, ABC – 14/01/15
· Continuarán riéndose en sus casas, en sus despachos, en sus herriko tabernas, en sus celdas, donde reciben un trato especial.
Cuando leía las noticias de París, con sus atentados y un reguero de muertos, me preguntaba si no era una repetición de los que nosotros sufrimos en los días de plomo de ETA, con el agravante de que, en España, no se acabó con los asesinos ni tan rápido ni tan categóricamente ni de forma tan aplaudida por el común de la población. Es más, algunos de aquellos asesinos se pasean hoy por las calles españolas y los que quedan en la cárcel reciben el apoyo de manifestaciones pidiendo su libertad. ¿Qué ha fallado en nuestra justicia, qué nos ha faltado a los españoles para que criminales de esta calaña no sean castigados como debieran? ¿Hemos perdido el coraje civil necesario para defendernos de los que disparan contra personas desarmadas, de los que dinamitan niños y mujeres invocando especulaciones históricas, agravios genéricos, incluso razones políticas de un apestoso tufo racista? Pues sí, parece que lo hemos perdido.
Tuvieron que ser ejecutados a sangre fría, ¿cuántos, amigo Iñaki Ezkerra, para que la gente se echara a la calle a decir que eso no podía continuar? Pero continuó, y continuarán riéndose en sus casas, en sus despachos, en sus herriko tabernas, en sus celdas, donde reciben un trato especial. Y, para colmo, los más feroces de ellos, los que acumulan penas de miles de años, han salido de la cárcel y puede que sigan saliendo, al anularse la doctrina Parot, con la ayuda, todo hay que decirlo, de un magistrado español que llevará de por vida ese baldón, para usar un eufemismo.
Este torrente de recuerdos lacerantes me ha venido a la memoria al leer la noticia del golpe asentado al aparato montado en torno a los presos etarras para sacarlos de la cárcel, por un lado, y para que ninguno de ellos se les desmande y empiece a cantar sobre los más de trescientos asesinatos aún por aclarar.
Lleva la causa el juez Velasco de la Audiencia Nacional y ya han sido detenidas 16 personas en Vizcaya, Guipúzcoa, Navarra y Madrid, la mayoría abogados defensores, entre ellos Amaia Izko, que consiguió sacar de la cárcel a Inés del Río, con 23 asesinatos en su haber, que si no es un récord, se le acerca. Ha habido registros en viviendas, despachos y herriko tabernas, donde se decomisaron abundantes documentos y dinero, pues los cargos no son solo de integración en banda armada, sino también de blanqueo de capitales. O sea, que estos profesionales del Derecho, aparte de mezclarse (supuestamente, desde luego) en actividades criminales, eran también defraudadores.
Y me pregunto por qué se ha tardado tanto en actuar contra esta trama legal-ilegal de ETA. ¿Tuvimos que ver reaccionar a Francia con la contundencia que lo ha hecho contra su terrorismo para hacer nosotros lo mismo con el nuestro? Mientras, Sortu reacciona con su consigna de siempre: «Es el momento en que este pueblo dé jaque-mate a la Guardia Civil».
Eso también es terrorismo.
JOSÉ MARÍA CARRASCAL, ABC – 14/01/15