LIBERTAD DIGITAL 01/05/13
CARMELO JORDÁ
El Gobierno se ha rendido: a la claudicación ideológica le ha seguido la claudicación económica y, pese a que su fórmula para superar la crisis a base de subir impuestos ya es un rotundo fracaso, el viernes nos dijo que piensa perseverar en ella. El propio Rajoy dice saber a dónde va, pero la realidad es que seguimos excavando en busca de un ignoto suelo para nuestra crisis.
Es un Gobierno agotado, no tiene ideas y las pocas que tiene son malas, entre la nación y el sistema ha decidido salvar al sistema, y lo malo de esa táctica es que no puede sino acabar con ambos.
Desolador, sí, pero si se nos ocurre mirar a la bancada opuesta probablemente sufriremos un ataque de terror pánico, y no porque se nos aparezca Rubalcaba en un cruce de caminos –que sería una situación terrorífica, sin duda– sino porque desde los asientos de la oposición no surge otra cosa que propuestas descabelladas, liberticidas y que acabarían de dinamitar lo poco que nos queda de país próspero.
Al fin y al cabo, ¿qué otra se podría esperar de un Partido Socialista (aún más) desnortado y de unos comunistas que sin prisa pero sin pausa andan de vuelta al estalinismo?
Así las cosas, y puesto que no estamos ni para experimentos ni para hombres providenciales, aunque parezca paradójico el único partido que puede solucionar esto es el PP.
Obviamente, no este PP, que se ha pasado con casi todo al peronismo más populista e ineficaz, sino otro: el que se puede encontrar bajo esa capa de socialdemocracia y torpeza. Un partido que tiene que estar ahí, o que al menos lo estaba, que no quiere ser una franquicia más de la izquierda sino lo único que una formación de derechas seria puede ser hoy en día en Europa: un punto de encuentro entre liberales y conservadores, sensato, riguroso y capaz de representar a una parte muy importante de la sociedad.
Ese PP tiene que dar la cara, no puede esperar más porque los españoles no podemos esperar más; porque un país acuciado por la crisis, el independentismo, la corrupción y el caos no puede esperar más; porque si no actúan ya, no habrá nada que salvar, ni en la nación ni, ojo, en el propio partido.
Es el momento de que el PP decente nos libre de esta parodia de Gobierno que padecemos, sólo ellos pueden hacerlo.