Luis Alemany entrevistaba ayer a un tipo que es la respuesta a la pregunta que se plantea en el titular. Se llama Luisgé Martín y es el fulano que le escribe los discursos a Pedro Sánchez. Con esto está dicho casi todo, pero el se empeña a lo largo y ancho de la entrevista en dar más pruebas de lo suyo.

El titular es un declaración de principios: “A mi madre le perdonaría votar a Ayuso. A Savater, no”. La frase lleva implícita una descalificación hacia su madre. Donde él dice que ‘es de Usera’ quiere decir ‘que es tonta’, descalificando por tonta por ser de barrio. El clasismo.

Luisgé es, a las pruebas me remito, un bellaco y un imbécil, cualidades que combina en dosis muy armónicas. Digámoslo con sus propias palabras: “me impactó mucho las uvas de la ira, de John Steinbeck. Es el texto más izquierdista que he leído jamás y, además, de un escritor estadounidense”. El más izquierdista, dice como un valor. Uno le imagina leyendo ‘El manifiesto comunista’, ‘El Estado y la Revolución’ y el ‘Qué hacer’ con una sola mano. También desliza subrepticiamente la idea de que EEUU no es un país que dé autores izquierdistas. Creerá que John Reed era ucraniano.

“Si me pregunta quién es la persona más nefasta de la democracia española le diría que José María Aznar”. Tantos años después bendice la metáfora de los dóberman y llama a Zaplana, Acebes y Cospedal “perros de presa” de Rajoy, sin sospechar que se arriesga a que el animalismo español le declare non grato, mira que comparar a esos benditos animales con la gentuza citada.

Cuando Alemany le plantea una cierta equiparación de la derecha española con las europeas, el memo se rebota demostrando su escasa dotación para la analogía: “Hay una diferencia: en Europa occidental la derecha aísla a la ultraderecha. No se sientan con ellos, prefieren que gobierne la izquierda a gobernar con la ultraderecha”. Un ejemplo: Gerhard Schröder, renunció a gobernar con Oskar Lafontaine, socialdemócrata radical y prefirió investir a Angela Merkel. Ningún socialdemócrata europeo ha pactado con los separatistas de su país. Ningún socialista italiano (y mira que tenían lo suyo con Betino Craxi) pactó con los herederos políticos e intelectuales de La Brigadas Rojas, nunca a un socialemócfrata alemán se le habría ocurrido pactar gobierno con los restos de la RAF, las criaturas de Baader y Meinhof, como su muñeco ha hecho con los residuos de ETA.

No le negaré la razón en todo lo que dice: “los imbéciles cada vez tienen más presencia pública”. Verbigracia, el que hoy llena la contraportada de un diario como El Mundo. Y vayamos al remate, que da pie al titular, lo de su predisposición a perdonar a su madre, que es de Usera, pero no a Savater. Aquí, Alemany se deja resbalar por la pregunta: “Pero si a Savater o a Trapiello les llaman durante 20 años fascistas… Yo entiendo que tengan un desapego a la izquierda, la verdad”.

Chiudere in bellezza: Muy bien. Pero si eso te condiciona par a votar a Isabel Díaz Ayuso, a lo mejor es que no eres tan inteligente. Yo ser que a Savater, la violencia que recibió durante años y la muerte de su mujer que le hacía de dique, le han desparramado el personaje(Hace falta ser muy miserable para sustentar este vómito). En el caso de Trapiello, se le han dicho todo tipo de tonterías. Pero si eso les lleva a ponerse de lado del imbécil…” No, Luisgé, si se hubieran puesto del lado del imbécil estarían junto a ti y los tuyos: Sánchez y todo lo que cuelga: Yolanda, Ribera, Llop, las dos Montero, Maroto, Iceta. Belarra, Garzón y Castells, mal contados.