EL MUNDO 28/09/13
«No nos han asimilado como nación porque todos ellos lucharon», se felicita.
No sólo ETA ayudó ayer a mantener vivo el tradicional Gudari Eguna (día del soldado) que la banda terrorista suele aprovechar para perpetuar su mito desde que el 27 de septiembre de 1975 el dictador Francisco Franco ordenase el fusilamiento de Jon Paredes Manot (Txiki) y Ángel Otaegi junto a tres militantes del FRAP. Antes de que hablara ETA –escribió a Gara que no renegará de su «lucha», aunque apuesta por la «reconciliación nacional»–, Sortu difundió su propio comunicado. En el texto, únicamente en euskera, los sucesores de Batasuna elogian a «los amigos perdidos en la lucha» en los últimos 38 años, sin cuya entrega Euskal Herria no seguiría «viva».
La reflexión del partido encabezado por Hasier Arraiz se produjo antes de que a las 19.30 horas comenzara en la antigua iglesia de San Andrés de Baiona (Francia) un homenaje de la izquierda abertzale a cinco de los gudaris que, según su relato, murieron por la patria vasca. Entre ellos destaca Francisco Javier López Peña (Thierry), el ex jefe de ETAal que se atribuye la orden de atentar contra la T-4 de Barajas y que falleció en marzo en un hospital francés tras sufrir un derrame cerebral mientras cumplía condena.
En la convocatoria, bajo un pájaro que evoca el arrano beltza–el águila negra que utiliza la banda terrorista ETA–, a la fotografía en blanco y negro de un joven Thierry le acompañan otros cuatro rostros: tres asesinados por los GAL en 1983, José Antonio Lasa, José Ignacio Zabala y Ramón Oñaederra; y Jean-Louis Larre, miembro de Iparretarrak desaparecido ese mismo año tras un tiroteo con la Policía.
«Como en los últimos 38 años, tendremos a los amigos perdidos en la lucha en mente», dice Sortu. «Hasta liberar Euskal Herria continuaremos con la lucha y organizados para que los que vengan después puedan decir que sin nosotros no pudieron vivir en una Euskal Herria libre».
El partido –legalizado con límites por el Tribunal Constitucional en junio de 2012– lamenta que Madrid y París siempre «han ocultado la represión contra los sectores populares y las personas que han luchado a favor de la libertad», y han querido «blanquear su responsabilidad» y «silenciar» su «sufrimiento».
Asegura que ambos gobiernos han tenido «a su disposición todos los recursos», incluido el servilismo del PNV –«la esclavitud dentro de Euskal Herria de quienes a cambio de una cuota muy pequeña de poder han estado dispuestos a aceptar la subordinación al Estado»–. No obstante, se congratula de que, pese a todo, España y Francia «no lo han conseguido».
«A ambos lados de los Pirineos, del Adur al Ebro», proclama la formación nuclear de las coaliciones EH Bildu y Amaiur, «todavía existe un pueblo que quiere ser soberano. Euskal Herria todavía sigue viva. No nos han asimilado como nación porque todos ellos [los gudaris de ETA] lucharon. Tenemos clarísimo que sin ellos nosotros no estaríamos aquí». Sortu menciona en este punto el «cambio» de la izquierda abertzale, que «ha permitido generar nuevas condiciones para impulsar el proceso de liberación nacional», con puertas abiertas también en el extranjero.
ETA «decidió acabar de modo definitivo con su actividad armada» hace dos años, prosiguen, pero a pesar de ello «la actitud» de los estados español y francés «no ha cambiado». «Como en los tiempos de Franco, siguen ofreciendo una única alternativa a Euskal Herria: la negación y la represión».
«La propia actitud antidemocrática de los Estados demuestra [o es reflejo de] la esencia del conflicto político», argumentan. Así que prometen seguir «luchando» y «decidiendo» sus «estrategias» de lucha –las armas o los votos– y advierten de que la independencia «o se hace con la mayoría de los ciudadanos de Euskal Herria o no se hará».
No hay alusiones a las víctimas en todo el comunicado de Sortu, como tampoco al dolor causado a toda la sociedad por los años de terrorismo y menos un ápice de arrepentimiento.
EL MUNDO 28/09/13